Silvio Berlusconi y la herencia de los 5.000 millones de euros, un año después

Nadie tenía dudas de que a su muerte se abriría un cruento litigio para repartir de forma más o menos justo aquella increíble montaña de billetes. Lo que ocurre es que eran muchas personas a repartir, lo que siempre hace difícil llegar a un acuerdo. Pero este llegó, y mucho antes de lo pensado. Apenas tres meses después se hizo público el entente, más o menos cordial, al que llegaron todas las partes implicadas.

Por una parte estaban sus cinco hijos: Marina, Pier Silvio (fruto de su primer matrimonio con Carla Dall'Oglio), Barbara, Eleonora y Luigi (fruto de su relación con la actriz Veronica Lario). Pero es que también aparecía por ahí una figura no demasiado querida como era Marta Fascina (y no, no es un nombre artístico), la última de las novias del amoroso Silvio, 53 años menor que él. Y también reclamaban una parte del pastel Paolo Berlusconi, el hermanísimo del magnate, y Marcello Dell'Utri, quien durante años fue la mano derecha del político y empresario, y también el depositario de mil y una confidencias. Todos tuvieron premio.

Pasados tres meses de la muerte de Silvio, y después de enconadas discusiones, toda la familia llegó a un entente cordial para aceptar el reparto de la herencia que dejó escrita el empresario y que incluía propiedades inmobiliarias, empresas, acciones, obras de arte y otros bienes incluidos barcos y hasta una compañía aérea. La firma del acuerdo se realizó en la casa que tenía el político en Arcore, situada a las afueras de Milán, para darle ese grado de solemnidad que tanto caracterizó a 'la familia'.

«Marina, Pier Silvio, Bárbara, Eleonora y Luigi Berlusconi anuncian que han aceptado la herencia de su padre, interpretando sus últimos deseos en total armonía para honrar su recuerdo con profunda gratitud», señalaban los hermanos en su solemne comunicado.

Gran parte del legado del empresario estaba incluido en la poderosa sociedad Fininvest y auténtico motor del imperio, valorada en 2.800 millones de euros, y cuya dirección recaería en Marina, de 58 años, y Pier Silvio, de 55. El resto se repartiría a partes iguales entre los otros tres hermanos. Barbara, de 40 años, Eleonor, de 38, y Luigi, de 36, también participarían en los negocios familiares, pero en menor grado que sus hermanos mayores.

La revista' Forbes' se encargó de hacer una estimación del valor que tiene el patrimonio de los hermanos después de conformarse el definitivo reparto de la herencia. La fortuna de Marina y Pier Silvio ascendía a unos 1.700 millones de euros, mientras que sus hermanos acumulaban unos 1.000 millones de euros cada uno.

Una de las grandes preocupaciones de los hijos de Silvio Berlusconi sería qué hacer con la impresionante colección de obras de arte, hasta 24.000, que su padre había acumulado a lo largo de los años. Las preocupaciones lógicas de multimillonarios que no le ven la gracia a un cuadro.

¿Y qué pasó con la Marta Fascina, uno de los principales motivos de la discordia? El testamento de Berlusconi incluía para ella la redonda cifra de 100 millones de euros, exactamente la misma cantidad que quedaría para Paolo Berlusconi, hermano de Silvio, mientras Marcello Dell'Utri, su mano derecha, se tendría que conformar con 30.

Con este reparto, Silvio Berlusconi dejaba claro que serían Marina y Pier quienes se hicieran con las riendas del imperio que dejaba, como así ha sido. Y, de paso, pretendía agradecer a Marta Fascina todos los cariños y atenciones que le profesó durante todos sus últimos años de vida.

Eso sí, una de las primeras medidas que adoptaron los hijos de Silvio fue interrumpir los pagos mensuales que se hacían a varias mujeres que participaban en las escandalosas fiestas –hay quien les llama orgías y en Italia se las conoce como las 'bunga, bunga'- que el magnate daba en sus residencias, según informó en su día el diario 'Corriere della Sera'. Porque desde hacía más de una década, hasta 20 mujeres recibían un cheque mensual de 2.500 euros del generoso Silvio y algunas hasta vivían en apartamentos pertenecientes a su imperio inmobiliario. Para ellas, la fiesta se acabó.

Por su parte, la bella y solícita Marta, diputada de Forza Italia, rompió recientemente su silencio para honrar la figura de quien fue su novio hasta hace un año y que, según cuenta, cuya marcha la dejó sumida en el dolor.

«Me han quitado la felicidad. Me han arrancado el corazón. No ha sido un año vivido, ha sido mera supervivencia. Un duelo tan terrible no se supera, se convive con él», declaró a 'Il Giornale' después de reivindicar una vida «llena de mucho estudio, deporte, socialización».