Pajares, en libertad con cargos

Tal y como informamos ayer, el actor fue detenido por agentes del Cuerpo Nacional de Policía tras aparecer disfrazado con un bigote postizo y una gorra y con un spray antiviolador y un arma simulada con los que presuntamente amenazó y agredió a varias personas de un bufete de abogados de Madrid. Tras su detención fue conducido a la comisaría de Moratalaz, en cuyos calabozos permaneció hasta minutos después de las dos y media de la madrugada del miércoles, cuando un furgón le trasladaba al servicio de Urgencias del Hospital Gregorio Marañón, donde tuvieron que calmarlo como primera medida. Se optó por actuar así tras las crisis de ansiedad que Pajares vivió en el calabozo y dados sus antecedentes clínicos.

Cerca del mediodía de ayer y una vez dado de alta, el cómico fue trasladado hasta los Juzgados de Plaza de Castilla, donde compareció ante el juez para explicar los hechos acaecidos hacía casi 24 horas.

Como es de imaginar, desde el momento en que se supo la noticia las reacciones de sus familiares, amigos y hasta compañeros de reparto no han parado de sucederse. Como todo lo que está pasando en su vida en los últimos años, su ingreso y detención también han sido motivo de interés mediático.

Según sus allegados, en los últimos días el intérprete no paraba de llamarles por teléfono a cualquier hora del día y la noche para decir incoherencias. Los problemas con sus hijos y sus ex mujeres eran de dominio público, más que nada por la cantidad de veces en las que todos han sacado a relucir sus trapos sucios en los platós previo pago de su importe. El espectáculo de los Pajares formaba parte de la parrilla televisiva, puesto que no había semana sin uno de ellos calentando una butaca. El último fue su hijo Andrés Burguera, quien ayer permaneció encerrado en su casa con un ataque de ansiedad y sin querer hablar con nadie hasta ver a su padre. Una semana antes fue el propio Pajares quien vivió una de sus noches más tremendas en el plató de «Dónde estás corazón». Sus declaraciones, por absurdas, burdas e incomprensibles, fueron patéticas.

Era un clamor que Andrés Pajares podía protagonizar cualquier tragedia, pero lo del martes superó la imaginación de todos. Su hija Mari Cielo se enteró por su madre de lo que había ocurrido. Actualmente vive en Los Ángeles y no mantiene relación con su padre. Su otra hija, Eva, a la que descubrió hace pocos años tras la investigación de unos reporteros, viajó ayer hasta Madrid y fue directa a la Plaza de Castilla. En la puerta de los Juzgados la actriz Paloma Cela hablaba con los periodistas mientras que la ex del actor, Conchi Jiménez, prefirió no hacer comentarios. Emilia Zaballos, abogada del actor para algunos casos, dijo en el programa de Ana Rosa en Telecinco que Pajares es un enfermo y que en los últimos tiempos los escándalos familiares le han hecho tocar fondo. Ahora la incógnita está en el futuro. Ayer Concha Velasco se lamentaba de su suerte tras enterarse de la noticia. Lo cierto es que entre los de su profesión pocos hablarán mal de él. Otra cosa es la familia.