Lo que no se sabía de Matthew Perry: el actor tenía «pánico a las agujas»

La nueva revelación llega de días en los que se han ofrecido detalles escabrosos sobre los últimos días de Matthew Perry y cómo pidió a sus doctores que le inyectaran una «gran dosis» de ketamina, algo que habría acabado finalmente con su vida.

La expareja y exasistente ha planteado nuevas preguntas sobre la muerte de la estrella, revelando por primera vez que tenía miedo a las agujas en una entrevista exclusiva con el medio 'The Mirror' cuando se especula con la posibilidad de que le inyectaran drogas al menos 21 veces en la última semana de su vida.

Ahora Kayti Edwards revela que él siempre le confesó que tenía miedo de morir por una inyección y que nunca lo haría. «Esto es lo que me parece extraño… Matthew siempre, siempre me decía que nunca, nunca usaría agujas ni se inyectaría nada en el cuerpo. Ni siquiera quería hacerse tatuajes», explica.

«A menudo lo veía muy drogado y consumiendo muchas sustancias diferentes. Siempre me asustaba mucho y le decía que tenía que dejar de mezclar todas esas cosas, diciéndole: 'Vas a morir'. Pero él decía algo como que 'solo mueres cuando usas agujas... y yo nunca, nunca, nunca haría eso'».

Kayti Edards trabajó como su asistente en 2011 y también salió con la estrella de 'Friends' en 2006. La historia no funcionó y aun así siguieron siendo buenos amigos hasta la muerte del actor a los 54 años en octubre de 2023.

Ahora sostiene que las circunstancias de su muerte la han dejado desconcertada. «Cuando escuché que dejó que su asistente lo hiciera, simplemente no pude entenderlo, especialmente porque no tenía formación médica», explica.

«Si le hubieras dado una gran dosis, habría habido una aguja y evidencia de ketamina en la casa. ¿A dónde fue todo? ¿Por qué el asistente le inyectó todas esas drogas y se fue?», argumenta. Y añade: «Siempre me quedaba con Matthew si estaba tomando drogas porque no quería que sufriera una sobredosis ni que le pasara nada. Podría llamar al 911. Pero ¿por qué no estaba su asistente allí?».

Los investigadores contaron cómo el doctor Salvador Plasencia conspiró con su colega médico Mark Chavez para suministrar al actor grandes cantidades de ketamina, escribiendo en un mensaje: «Me pregunto cuánto pagará este idiota» y «averigüémoslo».

Su asistente Kenneth Iwamasa ya se declaró culpable de conspirar para distribuir la droga causando la muerte, admitiendo haber «inyectado ketamina repetidamente a Perry sin formación médica».

La ketamina es un potente anestésico que ocasionalmente se utiliza para tratar casos graves de depresión y ansiedad. También es una de las drogas recreativas más populares en ciertos círculos por sus efectos disociativos: distorsiona las percepciones visuales y auditivas y produce sentimientos de aislamiento o disociación del exterior y de uno mismo. En el caso de Matthew Perry, los niveles de la sustancia en su cuerpo eran increíblemente elevados en el momento de su muerte y cuesta creer que existiera una voluntad lúdica en el consumo del actor.