El Rey Carlos Gustavo de Suecia celebra por todo lo alto su Jubileo de Oro

A sus 27 años, Carlos no gozaba de la mejor reputación y era conocido como un playboy que, sin embargo, haría del cumplimiento del deber su directriz. El entonces primer ministro Olaf Palme declaró que no quedaba nada que explicara por qué los socialdemócratas también se aferraban a la monarquía y vaticinó que sus restos podrían abolirse con «estilo de pluma», en referencia a una república. Pero contrariamente a estos augurios, Carlos XVI ha terminado siendo el monarca de Suecia de más largo reinado y el país no escatima hoy en gestos de cariño, en un aniversario con toda la pompa. Uno de sus grandes aciertos, según destacan los medios suecos, fue casarse en 1976 con Silvia, una alemana de Heidelberg Sommerlath que ha brillado en el papel de reina.

Ayer, el Rey de traje y corbata y la Reina con un conjunto de dos piezas amarillo, avanzaron por las calles de Estocolmo en un carruaje tirado por seis caballos, mientras la multitud aplaudía generosamente a su paso y agitaba banderas suecas. Más de 3.000 soldados del ejército desfilaron junto a unidades de la marina y la fuerza aérea.

Su popularidad actual es ante todo una «victoria laboral», según Mikael Holmqvist, profesor de la Universidad de Estocolmo, que explica que el rey de Suecia no tiene poder formal, pero la Constitución tampoco establece sus deberes y él ha sabido elegir. «Hace 50 años estaba aquí por primera vez como Rey de Suecia», dijo Carlos Gustavo en el discurso de apertura de una cena en la que participaron políticos, empresarios y representantes religiosos suecos. «Mis sentimientos hacia esta función son los mismos ahora que entonces: orgullo, reconocimiento y humildad», añadió el monarca. Desde entonces, Suecia ha experimentado un rápido cambio desde un país igualitario y socialdemócrata a un país extremadamente liberal. Holmqvist subraya la inteligente baza jugada por el monarca como 'rey de negocios', dedicándose concienzudamente a la promoción del pensamiento empresarial, la internacionalización de la economía y la adaptabilidad económico. «El giro hacia los negocios ha ayudado a la monarquía a sobrevivir en este país», afirma.

El momento más delicado de su reinado fue la publicación de una biografía que contenía información sobre infidelidades y escandalosas fiestas, sobre la que se limitó a declarar que había «hablado con la reina y con mi familia al respecto». Según un reciente sondeo del diario 'Dagens Nyheter' y del instituto Ipsos, el 62 por ciento de los suecos apoya hoy la monarquía, un porcentaje que se mantiene desde hace 20 años.