El 'renacer' de Alberto y Charlène de Mónaco con Carlos Alcaraz como testigo
El matrimonio Grimaldi ofreció una imagen de unión en el torneo de tenis de Montecarlo
La prensa habla de «destello» después de un tiempo sin verlos juntos que alimentó nuevos rumores de crisis
Charlène de Mónaco: los 47 años de la princesa más enigmática, polémica y silenciosa

La escena ocurrió este fin de semana en durante la final del torneo de tenis de Montecarlo y con la presencia del campeón español Carlos Alcaraz. Por allí aparecieron Alberto y Charlène de Mónaco, una aparición que no pasó inadvertida para nadie y que la prensa no ha tardado en calificar como «destello» después de un tiempo sin verlos juntos que sirvió para alimentar nuevos rumores de crisis.
Carlos Alcaraz triunfó ante la atenta mirada del matrimonio Grimaldi y con Alberto y Charlène acaparando todas las miradas. Allí estaban no solo para honrar la victoria del tenista español, sino para someterse a un escrutinio público después de largos días en el centro del foco tras varias apariciones separadas que dispararon (otra vez) las especulaciones sobre la salud de su matrimonio.
Lo cierto es que se vio a una Charlène de Mónaco elegante y casi radiante, con su conocido gusto para mostrar estilismos caros y exclusivos. Llevaba una americana de corte sastre combinada con un pantalón a tono de corte recto y zapatos en blanco junto a un sofístico collar de perlas con triple vuelta y pendientes, además de un cabello recogido muy a su estilo.
Más relajados que nunca
Junto a ella estaba el Príncipe Alberto y la prima de este, Mélanie-Antoinette de Massy, y Elizabeth Ann de Massy, prima de Carolina de Mónaco, Estefanía y el marido de Charlène. Los tres se mostraron relajados y sonrientes, aplaudiendo a un Carlos Alcaraz emocionado por su triunfo.
A la cita acudía el matrimonio Grimaldi después de semanas de ruido. Nada que no fuera habitual por otra parte, pues las especulaciones han sido constantes durante todos estos años. Como si quisieran emitir una declaración implícita, la pareja caminaba agarrada del brazo y sonriendo cómplice ante las cámaras. Una sensación de cercanía no tan habitual.
Los gestos de afecto no han pasado inadvertidos para la prensa y el medio alemán 'Bunte' ha celebrado la «nueva actitud» de la pareja asegurando que la presencia de la prima del príncipe sirve como nexo de unión. «Ella es presidenta de la Federación de Tenis de Mónaco y, por lo tanto, le corresponde formar parte del equipo. Esto le ha valido el apelativo de «el arma secreta de los Grimaldi« y «parece que esta vez vuelve a funcionar», ha insistido la citada publicación.
«El resplandor de Charlène»
De hecho, es conocido que la prima de Alberto de Mónaco tiene una estupenda relación con el matrimonio y siempre aporta seguridad y aplomo en todas las cotas a las que acude. También hace buenas migas con Charlène, una persona a la que, según se dice, no le sobran demasiados apoyos en la familia Grimaldi. Su presencia a su lado es casi terapéutica y siempre aparece más relajada cuando está junto a la prima de su marido.
Esta nueva faceta de la princesa, bastante más sonriente y cercana de lo habitual, ha sido saludada por la prensa casi con efusividad y hasta se ha hablado del «resplandor de Charlène» después de verla brillar junto a su marido y Carlos Alcaraz. Algo relevante después de unas semanas llenas de rumores sobre el estado de su marrimonio.
'Bunte' analizó su comportamiento de esta forma comparándolo con las sensaciones que ha venido ofreciendo en otras comparecencias públicas: «En cada fotografía, la princesa parece como si quisiera evitar estar cerca de su marido. Su sonrisa parece muy falsa y Charlène de Mónaco no muestra el resplandor que ya hemos visto en otras de sus fotografías. Esto la hace parecer fría y distante». Y eso es, según añade, «lo que no ha ocurrido ahora», con la pareja pendiente el uno del otro y llenando de gestos las miradas del resto.
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