La Reina Camila se ausenta del funeral que hace historia en Inglaterra

Sí que ha estado el Rey Carlos III, seguido de los Príncipes de Gales, que se han llevado todo el protagonismo. También la Princesa Ana, acompañada de su marido Sir Tim Laurence, y el viudo de la duquesa, el duque de Kent. Por supuesto, la extensa familia Windsor ha acudido a velar por la fallecida Catalina de Kent, que se convirtió al catolicismo en la adultez, lo cual explica esta despedida conforme a los ritos de la Iglesia católica.

Los nietos de la duquesa de Kent, Lady Amelia y su hermana, Lady Marina, han mostrado su tristeza durante el servicio religioso, que ha oficiado el cardenal Vincent Nichols. Este líder de la iglesia católica en Reino Unido ha explicado que era el primer funeral 'royal' que se celebraba con este rito «probablemente en 300 años». Sin embargo, ha dejado claro que hay una «fuerte afinidad» entre ambas instituciones.

Y entre los presentes ha sorprendido la presencia del Príncipe Andrés, que incluso ha caminado junto al Príncipe Guillermo a la salida de la catedral de Westminster. En medio de la polémica por su relación con Epstein, que además se ha visto reiniciada por la publicación de cientos de correos electrónicos que demuestran su conexión, y precisamente ante el viaje del Presidente de Estados Unidos, el duque de York sigue teniendo un lugar en la primera fila de la Familia Real británica. Junto a él ha estado también su exmujer, Sarah Ferguson, así como la duquesa de Edimburgo, Sofía, que acudió en solitario y sin su marido, el Príncipe Eduardo.

Uno de los temas más comentado ha sido, más allá de la ausencia de Camila y la presencia en primera plana del Príncipe Andrés, ha sido el estilismo escogido por la Princesa Kate. Tal y como señalan los medios británicos, la elección de las joyas revela un homenaje no solo a la Princesa Diana, sino también a la Reina Isabel. Se ha puesto un collar de perlas conocido como el 'choker japonés', que está formado por cuatro filas de perlas y un enganche central cubierto de diamantes.

Se dice que la monarca mandó hacer esta pieza con perlas que le regaló el Gobierno japonés tras una visita de Estado en 1975, y no solo se le vio en varias ocasiones a Isabel II, sino que esta se lo prestó también a la entonces Princesa de Gales. No es la primera vez que se lo pone Kate, puesto que ya lo lució en la cena de aniversario de la Reina y el Príncipe Felipe en 2017.