La reaparición de Tamara Falcó por todo lo alto
La hija de Isabel Preysler ha regresado a España después de más de un mes de luna de miel con Íñigo Onieva
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Madrid
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Iniciar sesiónTamara Falcó (41 años) y su recién marido, Íñigo Onieva (34), regresaron de su larguísima luna de miel este pasado sábado 26 de agosto a España para asistir a la boda de una de sus mejores amigas, Luisa Bergel, que fue ... precisamente la amiga en común de la pareja y la que les presentó.
La joven y Cristian Flórez contrajeron matrimonio en el espectacular Santuario de la Divina Misericordia, en Pueblo Nuevo, situado a pocos kilómetros de Sotogrande (Cádiz) ante la atenta mirada de más de 400 invitados, entre los que se encontraban algunos de los rostros más conocidos del panorama nacional como Alejandra Onieva, Vicky Martín Berrocal, Miguel Ángel Muñoz, Fonsi Nieto o Jose Luís Martínez-Almeida, entre otros muchos.
Tanto Tamara como Íñigo eran testigos del enlace de su gran amiga y como dato curioso, la pareja llegó por separado al lugar de la celebración. El empresario fue el primero en llegar y pasó por delante de las cámaras sin contestar a los reporteros que aguardaban su llegada. Unos minutos más tarde lo hacía la marquesa de Griñón quien se limitó a decir que la Luna de miel había estado «muy bien, fenomenal».
Para la ocasión, la socialité escogió un elegante vestido con fondo negro y flores rojas, entallado y encorsetado en la parte superior. Un estilismo muy veraniego con tirantes finos perfecto para cerrar el verano. Un diseño de Pedro del Hierro que aunque no forma parte de su su propia colección, sí la de su madre, Isabel Preysler. Un precioso vestido que se puede adquirir en dicha firma por 289 euros. Como complementos, Tamara Falcó optó por una gran flor blanca en el pelo y unas sandalias altas de color crema.
La novia
Para su gran día, Luisa Bergel lució un espectacular vestido vintage con reminiscencias a Audrey Hepburn y Carolina de Mónaco que perteneció a su abuela. La novia hizo su llegada estelar al templo del brazo de su padre, Jaime Bergel, sin poder ocultar su felicidad. El vestido con el que sorprendió a todos sus invitados contaba con un cuerpo de cuello a la caja y manga corta se ceñía a la cintura, de donde partía una falda de silueta corola y bajo asimétrico. Un diseño único datado en 1959 y firmado por Pertegaz que llevaron en sus bodas tanto su abuela como su madre en sus respectivas bodas.
Para actualizar el diseño un poco a los tiempos modernos, el diseñador Jorge Vázquez lo adaptó para que que durante la posterior celebración se desmontase y se transformase en un sencillo diseño de escote palabra de honor, más festivo y cómodo para disfrutar de la parte del baile.
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