Rafael Amargo: de la excelencia sobre las tablas al banquillo de los acusados

Admirador del legendario Antonio Gades, Rafael Amargo, de 47 años, se propuso revolucionar su aire añadiendo esencias contemporáneas a ese punto de clasicismo que tanto le gustó desde que el gusanillo del baile se le metió en las botas. Vinieron unos primeros tiempos duros, luchando contra escépticos de visión conservadora, pero con talento y esfuerzo fue consolidando su visión del baile.

No fue hasta 1999 cuando Rafael Amargo, con el estreno de 'Amargo' en el Teatro Bellas Artes de Madrid, consiguió el reconocimiento de la crítica y el público. Luego llegarían más espectáculos ('Poeta en Nueva York', «Enramblao', 'Pasajero en tránsito') con los que se consolidaría como uno de los grandes talentos de su generación. Por supuesto, vendrían los reconocimientos y aplausos, incluidos cuatro Premios Max de las Artes Escénicas. Eran los buenos tiempos.

Mientras tanto, el bailaor extendería su fama más allá de la profesión con su participación en la televisión. En 2013 intervendría como concursante en el reality show de Cuatro 'Expedición imposible' y en 2016 participaría en 'Top Dance' de Antena 3 como miembro del jurado. Las cadenas se lo rifaban.

Pero meterse en el campo de la televisión y el famoseo también significaría exponerse a muchas cosas. Como los rumores, los cotilleos y las especulaciones sobre su vida. Así, tampoco él ocultó demasiado sobre ciertos aspectos de su vida personal y más concretamente de su «enamoradizo» carácter. Por ejemplo, desveló que ya a los 19 años se casó en Japón con una chica nipona.

Y luego estuvo su ruidosa relación con Yolanda Jiménez, primera bailarina de su compañía, con quien se casó en 2003 y se separó seis años después de tener dos hijos en común. Acabaron fatal y echándose los trastos a la cabeza. Para entonces, Rafael Amargo se había declarado abiertamente «bisexual» mientras se le relacionaba con todo tipo de parejas: desde una exótica azafata a un actor porno.

Su separación de Yolanda Jiménez marcaría un declive tanto personal como profesional mientras comenzaban a extenderse fuertes rumores sobre supuestos hábitos tóxicos y situaciones de lo más escabrosas. Antonio David Flores sería uno de los primeros en revelar que el coreógrafo tenía una adicción a las drogas y luego ya vendría todo lo demás.

En plena caída, ahora le toca el banquillo después de que la Audiencia Provincial de Madrid decretara su ingreso en prisión por quebrantamiento de medidas cautelares y riesgo de fuga con relación al juicio que se celebra desde hoy por presunta venta de droga en su anterior piso del barrio de Malasaña de la capital. Después del auge y la caída, ¿tendrá Rafael Amargo su redención?