La salud de María Teresa Campos se ha convertido en uno de los temas más comentados en la crónica social. Después de que Carmen Borrego mostrara en 'Sálvame' cierta preocupación, los mentideros especulan sobre la verdadera situación de la octogenaria presentadora: «Tengo ... miedo a no estar a la altura de lo que se me pueda exigir en estos momentos de mi vida, mi madre se lo merece todo», dijo Borrego ante el interés de sus compañeros televisivos.
El pronto regreso de Teresa de sus vacaciones malagueñas también hizo que el desasosiego aumentara. Tanto, que ella misma tuvo que aclarar ante los micrófonos de los reporteros asfálticos que, a pesar de los pesares, se encuentra «bien, pasable, bueno. El verano bien, y ahora nos venimos a Madrid y está Gustavo, así que mejor», dijo con ánimo tranquilizador.
Lo cierto es que Teresa está triste y no acaba de encontrarse ni en su nueva casa ni en su nueva vida. Desde su entorno admiten que ha perdido independencia e ilusión pero transmiten un mensaje de tranquilidad: «Los últimos años no han sido fáciles, se le han juntado muchas cosas: laborales y personales. El final abrupto de su carrera, lo que pasó con Edmundo… demasiado bien está para todo el sufrimiento que arrastra».
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