El Palacio de Buckingham se pronuncia sobre las especulaciones sobre la foto usada para felicitar al Príncipe Harry

La fotografía elegida, que muestra al Duque de Sussex solo, fue tomada durante una visita oficial a Dublín el 11 de julio de 2018, cuando él y Meghan Markle (43 años) aún eran miembros activos de la Familia Real. Aunque Meghan estaba presente en ese acto, sentada a su lado en una mesa redonda, su ausencia en la imagen ha dado pie a especulaciones sobre un posible intento de borrar su figura de la narrativa familiar. Inicialmente, muchos asumieron que la Casa Real había recortado deliberadamente a la ex actriz, lo que reavivó los rumores de un profundo distanciamiento entre ella y el resto de la familia.

Sin embargo, desde el Palacio de Buckingham no tardaron en reaccionar. Un portavoz oficial aclaró que no hubo ninguna manipulación intencionada y que la imagen seleccionada pertenece a una serie del fotógrafo Jimmy Rainford para la agencia Getty, que simplemente presentaba un encuadre más cercano del Príncipe Harry. Según la explicación, se optó por esta toma, sin Meghan, para centrar el homenaje exclusivamente en el Príncipe en su día especial.

Pero este gesto no ha sido suficiente para calmar a la opinión pública, que sigue analizando con lupa cada detalle de los movimientos reales. La relación entre Harry y su familia se encuentra en un punto crítico desde su renuncia a los deberes reales y su posterior mudanza a California con Meghan. Así, cualquier decisión, por pequeña que parezca, es percibida como un indicador del estado actual de las relaciones entre ambos lados del Atlántico.

No es la primera vez que el Palacio enfrenta controversias relacionadas con la edición de fotografías. Un incidente similar ocurrió cuando Kate Middleton, en el Día de la Madre, compartió una imagen junto a sus hijos en la que se detectó un error en la edición, generando dudas sobre su estado de salud tras una reciente operación. Ante la ola de comentarios, la Princesa de Gales se vio obligada a disculparse públicamente, admitiendo que había realizado la edición de forma amateur y sin malas intenciones.

A pesar de las disculpas y aclaraciones, queda claro que en la esfera pública, sobre todo tratándose de la Familia Real británica, cada gesto es susceptible de ser examinado al detalle y puede convertirse en un motivo de especulación o una oportunidad para tender puentes.