Pablo: «Ya no seré marqués de Alborán, pero no pierdo nada»

Pero Pablo podría haber sido aún más famoso. Incluso hubiera llegado a marqués, si la Ley de la Memoria Democrática, que entro en vigor el pasado mes de julio, no hubiera suspendido el título nobiliario de su familia. Se trata de un título creado por Franco en 1950 para reconocer, a su bisabuelo: Francisco Moreno. El marquesado de Alborán, junto a 33 títulos nobiliarios concedidos entre 1948 y 1978, quedaron automáticamente suspendidos en el marco de esta nueva ley. A este respecto Pablo dice; «Yo no pierdo nada, porque como nunca he tenido el título, pues nada pierdo. No se pierde lo que no se tiene. Así que eso es ahora cosa de mi padre. Yo a lo mío que es cantar».

El bisabuelo de Pablo, Francisco Moreno era almirante de la Armada, y llegó a ser almirante de la Flota Nacional. El militar tuvo un papel muy importante en el control marítimo del Mar de Alborán en plena Guerra Civil. Esta vinculación marítima le dio el apellido que ahora lleva Pablo. El hermano de su bisabuelo, Salvador Moreno, llego a ser ministro con Franco. Terminada la Guerra Civil, su bisabuelo fue nombrado capitán general de Cartagena. Años más tarde, en reconocimiento a sus servicios Franco le nombro marqués de Alborán, título que se ha quedado en la familia desde entonces. La familia convirtió su apellido Moreno en uno , compuesto, pasando a llamarse Moreno de Alborán. Por lo que el nombre completo del cantante malagueño es Pablo Moreno de Alborán.

No para de aprender, sigue formándose artísticamente y a la vez que compone. Ahora en enero ha retomado sus clases de interpretación. El gusto por el arte siempre ha sido su hándicap. Herencia que le viene dada por su padre el arquitecto Salvador Moreno de Alborán Peralta, reconocido en Málaga por haber construido la Facultad de Derecho, los centros comerciales Larios y Málaga Nostrum, entre otras obras: «De mi padre tengo mucho. Pero también de mi madre que es francesa, nacida en Marruecos y esta fusión me hace ser especialmente creativo en mi vida». A Pablo le encanta rodar sus propios videoclips. Uno de los últimos grabados en el mítico balneario de Málaga, fue un auténtico espectáculo. «Es que creo que hay mucho cine en la música y mucha música en el cine. Disfruto mucho estudiando interpretación porque es una disciplina complementaria con lo que hago».

Lo que si quiere borrar de un plumazo, es el estereotipo que la gente tiene de él, como típico niño bueno «(Ríe) es que no soy tan bueno. Tal vez mi música de melodías me ha dado otro toque más romanticón, pero mira ahora que me preguntas por Bizarrap, que va a actuar también en Marenostum como yo, pues te diría que no estaría mal colaborar con el y protagonizar una de sus famosas sesiones: reguetón y pop».

Su último álbum, 'La cuarta hoja', es su sexto trabajo de estudio y en el que muestra la cara más alegre de la vida: «El nombre ya lo dice 'La cuarta hoja' que siempre buscamos en un trébol y que en definitiva eres tú. Me he divertido mucho, por eso me parecía un título acorde con todo el concepto de las canciones. El disco lo escribí después de la pandemia, y es el más desordenado de todos los que he escrito hasta ahora. Eso me gusta porque yo soy demasiado cuadriculado». En una de las canciones Pablo canta: «No tenemos más guerras internas, conmigo ya hice las paces». Y es que el cantante sin remilgos reconoce, que se ha autocastigado mucho, en algunos momentos, de su vida.