Así ha sido la original boda de Soraya Arnelas y Miguel Ángel Herrera

Fue Cáceres, la tierra natal de Soraya, la pudo ser testigo de esta celebración. La cantante y el modelo citaron a sus amigos y familiares en la Casa Palacio Huerta del Conde, un espectacular recinto situado en el casco urbano de la ciudad, donde se llevó a cabo el enlace.

La ceremonia tuvo lugar a las ocho de la tarde. Tres horas antes, la artista hablaba con 'Semana' sobre cómo se encontraba en esos instantes. «No estoy nada nerviosa, lo que tengo es ganas de disfrutar y ver a toda la gente» comentó. Sin embargo, la emoción acabó embriagándola: «Bajaba las escaleras tranquila, pero cuando he visto tantas caras conocidas y a Miguel tan emocionado y llorando me he venido abajo».

230 personas fueron los afortunados que vivieron en primera persona la unión. Pero, las invitadas más especiales fueron sus dos hijas, Manuela, de 6 años y Olivia, apuntó de cumplir los 2. También se pudieron ver caras reconocidas como Chenoa, acompañada de su marido, María Villalón, compañera de profesión y Cristina Ramos, la encargada de abrir la ceremonia con la canción 'El dúo de las flores'.

Acto seguido se celebró un cóctel, con productos extremeños y música flamenca de fondo. La fiesta, protagonizada con una cena, estaba diseñada a partir del estilo 'art decó'. Predominaba la base negra en las mantelerías y la cubertería era dorada, al igual que la cristalería. Por si fuese poco, para la decoración de las mesas contaron con 180 centro de mesas y más de 30 lámparas.

La 'triunfita' no olvidará nunca este gran día. «Me ha sorprendido todo lo que ha pasado en la ceremonia y eso es lo bonito de la vida. Lo que más me ha gustado es ver a toda mi gente junta, no me había pasado en la vida» expresó para 'Semana'.

Estéticamente, Arnelas tenía todos los detalles medidos al milímetro. Ella lució dos vestidos. El primero era un diseño de Lorena Formoso formado por un vestido, de cuello alto y manga larga, en crepe con una sobreprenda de rejilla de algodón.

El segundo era un modelo más sencillo, de estilo lencero, inspirado en 'El Gran Gatsby'. Las joyas que le complementaban fueron creadas por ella misma con ayuda de la joyera Eva Escudero. Pero lo que más sorprendió fue las sandalias personalizadas que eligió para la ocasión. En ellas se podía leer la frase «te espero en el pasillo de los chocolates», con lo que hace referencia a la posibilidad de encontrarse en otra vida.

El primer 'look' del novio se basó en un esmoquin negro de lana con solapa redonda de otomán y pajarita. Además llevaba unos gemelos dorados de sus iniciales que habían sido un regalo de su prometida. Al igual que Arnelas, él también cambio de vestimenta, luciendo otro esmoquin de color borgoña.