Olivia Newton-John nunca superó el trauma de su novio que se hizo el muerto y 'resucitó'

Tras una investigación, la policía no pudo encontrar prueba alguna, dando por supuesto que pudo tratarse de un accidente. Pero Olivia nunca aceptó esa conclusión oficial, pagando de su bolsillo a una agencia de detectives, creando una web en la que cualquier testigo pudiera dejar alguna prueba sobre su paradero. En 2008, fue declarado oficialmente muerto y pudo celebrarse un funeral en su memoria. La actriz, que se había negado a asumir la muerte de Patrick, quedó devastada.

Pero, y aquí es donde tiene lugar el sorprendente giro de guion, una revista australiana publicó en 2017 una foto del fallecido vivito y coleando por las playas de Sayulita, México. Pero las sorpresas nunca vienen solas: Patrick tenía una novia alemana con la que había empezado una vida con una nueva identidad. Olivia no salía de su asombro: se había pasado más de una década llorando por un amor que se había fugado con otra. Al parecer, lo único que habían ahogado al cámara eran las deudas.

Ese fue el lado oscuro de su vida amorosa, porque el destino supo al menos premiarla y compensarla de otra manera: su primer matrimonio, en 1984, fue con el actor Matt Lattanzi, con el que tuvo su única hija, Chloe Rose, su gran apoyo, su cómplice; su segundo esposo, el magnate John Easterling, ha sido el compañero perfecto, su aliado en los momentos más duros de la enfermedad. De hecho, su viudo ha agradecido las innumerables muestras de cariño hacia la estrella de 'Grease', pero ha rogado que, en lugar de mandar flores, hagan donativos a la fundación Olivia Newton-John Cancer Wellness & Research Center, con sede en Melbourne, Australia.