El ocaso de Chiara Ferragni: divorciada, condenada por estafa y repudiada por sus seguidores

Corría el año 2009 cuando una joven Chiara, estudiante de Derecho, comenzó con un blog, bajo el título 'The Blonde Salad', en el que hablaba de moda y complementos. Era una persona anónima y desconocía que esta sería la piedra angular del imperio que ha formado desde entonces. Un año después, en 2010, decidió abrirse una cuenta en Instagram y comenzó el fenómeno Ferragni convirtiéndose en una de las primeras 'influencer': las revistas la llamaban y las marcas se la disputaban -ha sido imagen de Pantene, Dior, Hugo Boss y Louis Vuitton, entre otras-. Su magnetismo y repercusión mundial la han llevado a lo más alto. Mucho más de lo que hubiera imaginado en sus inicios. Tanto que para la revista 'Forbes' es la 'influencer' de moda más poderosa del mundo y la afamada escuela de negocios de Harvard estudia cómo lo ha conseguido. Hasta cuenta con su propia serie, 'Los Ferragnez', en Amazon Prime y su línea de moda.

Su éxito facilitó su faceta empresarial: Ferragni ha creado el holding Sisterhood con el que en 2022, según publica 'Il Corriera della Sera', facturó 4.5 millones de euros -con un margen de beneficios de 2.4 millones-. De esta precisan tres empresas: Ferragni Enterprises, que tiene en propiedad el inmueble de 240 metros cuadrados y valorado en 10 millones de euros situado en Milán, Tbs Crew, que se encarga de la gestión de los blogs y el comercio que proviene de 'The Blond Salad' -en 2022 facturó más de 14 millones de euros con unos beneficios de cinco- y Fenice, de la que tan sólo tiene un 32,5% y que la compañía Bloomberg cifró en 75 millones de dólares. Un alto poder adquisitivo -se estima que su fortuna supera los 100 millones de euros- que podría verse mermado por las polémicas que envuelven a su persona y que tanto la están perjudicando.

El inicio de su ocaso se remonta al pasado diciembre cuando fue multada con un millón de euros por «prácticas comerciales incorrectas» en una campaña publicitaria que, supuestamente, era benéfica y resultó no serlo. La 'influencer' y la empresa de productos de alimentación Balocco hicieron una colaboración en la que, según recogió la Autoridad Garante de la Competencia y el Mercado (AGCOM) de Italia en un comunicado, «dieron a entender a los consumidores que, al comprar el pandoro -un dulce navideño- de Balocco con el nombre Ferragni contribuirían a una donación al Hospital Regina Margherita de Turín para adquirir una nueva maquinaria para el tratamiento terapéutico de niños con osteosarcoma y sarcoma de Ewing». Destacar que su precio era de nueve euros, tres veces por encima del habitual.

Con el tiempo se supo que la única donación fue de 50.000 euros y que había sido realizada por Balocco meses antes de que se pusieran a la venta. Ni rastro de otras donaciones. Menos aún de alguna vinculada a las empresas de la 'influencer' italiana, que ganó más de un millón de euros con esta iniciativa navideña. La repercusión mediática fue insuperable. Hasta el Gobierno aprobó, tras la polémica, una ley con la que buscan regular aquellos perfiles que cuentan con más de un millón de seguidores con tres objetivos claros: prevenir estafas, acometer la publicidad engañosa y proteger a los menores. Dadas las circunstancias, la empresaria se vio obligada a compartir un vídeo pidiendo perdón y comunicando que iba a donar todo el dinero que se embolsó con las ventas del pandoro. Aunque de poco le sirvió ya que comenzó una huida de patrocinadores que llega hasta nuestros días: Coca-Cola, el grupo italiano de gafas de alta gama Safilo y la empresa de papelería Cartiere Paolo Pigna, entre otras. Aún así, los problemas no paran de crecer para la 'influencer' que está siendo investigada por la fiscalía por un presunto delito de estafa continuada: se estudia si ha podido engañar, también, en la venta de unos huevos de Pascua de chocolate y de una muñeca que proponía una campaña para recoger fondos contra la homofobia y el ciberacoso.

Junto a la desbandada de empresas está la de seguidores. Y es que, pese a que durante años logró convertirse en una de las 'influencer' con mayor reclamo, son muchas las personas que seguían su día a día y han decidido darle la espalda. Desde que estalló la polémica hasta hoy, Chiara Ferragni ha perdido más de 200.000 seguidores. Una paupérrima cifra en comparación con los que tiene, cerca de 30 millones, pero que podría ser el comienzo del final. DeRev, una empresa dedicada a las estrategias digitales y comunicativas, aseguró para 'La Repubblica' que «contrariamente a lo que cabría imaginar, la curva descendente de seguidores no ha remitido desde el vídeo de disculpa, sino que en realidad se ha acentuado aún más; sobre todo en términos de audiencia en Instagram, este asunto representa el primer revés real para Chiara Ferragni y la mayor hemorragia de seguidores en la historia de su cuenta». También destacan que la mayoría de los comentarios que recibe son negativos y que eso le perjudica de cara a próximas colaboraciones. Estos datos preocupan. Y mucho. Pues su imperio nació de las redes sociales.

En estos meses, su familia ha sido su mayor refugio. O al menos eso parecía. Este jueves trascendía que Chiara Ferragni y Fedez habían decidido disolver su matrimonio cinco años después de darse el 'sí, quiero' en una ostentosa ceremonia celebrada en Sicilia -la 'influencer' lució dos diseños de Dior Alta Costura y la fiesta se celebró en una carpa decorada con luces y junto a una feria con atracciones en la que los invitados pudieron divertirse durante la velada. Se convirtió en la boda del año en Italia-. La revista 'Vanity Fair Italia' apunta que el pasado domingo el cantante abandonó el ático conyugal y que no ha regresado. «Fedez le acusó de que sus problemas legales también estaban teniendo efectos negativos en su negocio. El rapero huyó a Miami con su asistente y finalmente abandonó la casa», deslizan. Aunque sus últimos movimientos también evidencian su ruptura: la italiana ha cambiado su foto de perfil, donde ya no aparece junto a Fedez y en su biografía no aparece ya la palabra «esposa» solo «madre y emprendedora». Ahora, se enfrenta a un multimillonario divorcio que hará, a buen seguro, correr ríos de tinta.