Muere la bebé de la influencer Lauren Cummings con tan sólo nueve meses
La joven ha publicado una emotiva carta en la que se despide de su hija
La influencer Lauren Cummings le ha roto el corazón a sus más de 50 mil seguidores al anunciar la muerte de su bebé Lily Ann de tan sólo nueve meses. «Nuestra dulce Lily Ann se fue con Jesús el domingo 6 de abril. Tenía exactamente nueve meses, nueve meses de nuestro hermoso milagro, nueve meses de amor, alegría y luz en nuestro hogar y nuestros corazones», comienza diciendo en una publicación junto a un carrusel de imágenes en las que aparece abrazada a su bebé y al padre de la pequeña.
«Estamos tan increíblemente agradecidos por la promesa del Cielo y la esperanza que tenemos en nuestro Padre Celestial. Sus caminos son más altos y mejores que los nuestros, incluso cuando no los entendemos. Nos bendijo todos los días durante los últimos 9 meses y nunca seremos los mismos», añade.
La hija de Laura Cummings padecía una anomalía del ciclo de la urea que afecta a uno de cada mil nacimientos. «Fue el honor de nuestra vida poder compartirla con el mundo. Sabemos que muchos de ustedes la amaron y oraron por ella. ¡Ella era pura alegría y sol! ¡Gracias a todos por amarla y amarnos los últimos 9 meses!», escribe la joven a través de su perfil de Instagram.
Durante estos pocos meses, la recién nacida ha tenido que ser alimentada a través de una sonda nasogástrica. «Siempre dijimos que era un ángel de la vida real. Qué bendición fue ser su mamá y su papá. ¡Gracias Jesús y gracias Lily Ann por cambiar nuestras vidas para siempre!
Los deleites más extasiados que jamás hayas experimentado —en la belleza de un paisaje, en el placer de la comida o en la plenitud de un abrazo amoroso— son como gotas de rocío comparadas con el inagotable océano de gozo que será ver a Dios cara a cara (1 Juan 3:1-3). Eso es lo que nos espera, nada menos. Y según la Biblia, esa gloriosa belleza, y nuestro disfrute de ella, ha sido inconmensurablemente realzado por la redención que Cristo nos hizo del mal y la muerte. Tim Keller», finaliza la carta.
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