Muere a los 86 años Víctor Manuel de Saboya, hijo del último Rey de Italia
El heredero de Umberto II fallece en Ginebra, según ha comunicado la familia
Regresó a Italia en 2002 tras un exilio de 56 años
Nació para reinar, pero nunca subió al trono. Al alba del sábado falleció Víctor Manuel de Saboya, hijo de Umberto II, último rey de Italia, y María José. Habría cumplido 87 años el 12 de febrero. Era el último heredero al trono ... de Italia, una personalidad controvertida, marcada por problemas con la justicia al estar involucrado en varios escándalos. En una nota de la Casa Real de Saboya se indicaba que «Su Alteza Real Vittorio Emanuele, Duque de Saboya y Príncipe de Nápoles, rodeado de su familia, falleció serenamente en Ginebra. El lugar y fecha del funeral se comunicarán lo antes posible».
Estaba casado con Marina Doria, de 88 años, con quien tuvo un hijo, Emanuele Filiberto, 51 años, personaje televisivo, también fue cantante y concursante en la 'Isla de los Famosos'.
Víctor Manuel de Saboya pasó sus últimos años con dos prótesis de fémur que lo obligaron a usar una silla de ruedas. Desde su residencia permanente en Gstaad (Suiza) fue trasladado con fiebre por una infección, en las pasadas navidades, a un hospital de Ginebra, donde falleció.
Su agitada vida transcurrió casi en su totalidad en el exilio, entre Suiza, Francia y Córcega: «No haber podido crecer en Italia» fue siempre su gran lamento. Nació en Nápoles en 1937, pero vivió su infancia en Roma. Su padre, Umberto II -último rey de Italia, desde mayo a junio de 1946- tuvo la intención de abdicar para hacerlo rey. Pero Víctor Manuel se vio obligado a abandonar Italia junto con su familia tras el resultado del referéndum del 2 de junio de 1946, en el que se eligió la República tras los duros años de la Segunda Guerra Mundial y el fascismo en los que la monarquía había desempeñado un papel central, especialmente criticada por firmar y dar el visto bueno a las leyes raciales fascistas aprobadas por Benito Mussolini en 1938, que prohibían derechos civiles a los judíos. La posterior entrada en vigor de la Constitución en 1948 estableció una prohibición de entrada en Italia a los antiguos soberanos, a sus consortes y a los descendientes varones de la Casa de Saboya.
Durante los años de exilio, trabajó como intermediario financiero, estableciendo amistades y vínculos comerciales con grandes industriales. Víctor Manuel dijo varias veces que quería regresar. Pero solo hasta el año 2002, después de años de declaraciones consideradas ambiguas y poco claras, Víctor Manuel de Saboya hizo público un comunicado desde Ginebra, definiendo las estrechas relaciones de la monarquía en el pasado con el fascismo como «una mancha imborrable en nuestra familia», especialmente en el período en el que se promulgaron las leyes raciales. En ese año, 2002, se revisó la disposición constitucional transitoria que impedía su regreso a Italia, y se puso fin a su exilio. En el mismo año se publicaron declaraciones en las que aceptaba el fin de la monarquía: Junto con su hijo juró por escrito y de forma incondicional fidelidad a la Constitución republicana y al Presidente de la República, renunciando así explícitamente a cualquier pretensión dinástica sobre el Estado italiano. En 2007, Víctor Manuel de Saboya pidió al Estado, sin éxito, una indemnización de 260 millones de euros por el exilio y la restitución de los bienes confiscados en 1948. Igualmente, pidió en el año 2022 la devolución de las joyas de la familia, guardadas durante mucho tiempo en las arcas del Banco de Italia. Sus hermanas continúan con esta batalla legal.
Polémica
Víctor Manuel tuvo varios problemas con la justicia. Fue acusado de corrupción, extorsión, falsificación, trafico internacional de armas y explotación de la prostitución. Algunas investigaciones fueron desestimadas, mientras que otras condujeron a juicios en los que fue absuelto. La única condena, a seis meses, fue por posesión ilegal de un arma de fuego, «fuera de su domicilio».
Esta condena está relacionada con la historia más clamorosa y misteriosa de su vida: El 18 de agosto de 1978 fue acusado de homicidio por disparar, tras el robo de su lancha atada a su yate por unos desconocidos, contra el joven alemán Dirk Hamer, de 19 años, en la isla de Cavallo, en Córcega. Hamer dormía en una embarcación cercana y falleció en diciembre del mismo año tras una larga agonía. Un tribunal francés lo absolvió del cargo de homicidio voluntario, en noviembre de 1991, pero lo condenó a seis meses por la posesión ilegal de un arma. El caso fue contado en el 2023 en el documental 'El príncipe', de Netflix. A Beatrice Borromeo, autora del reportaje, le confesó: «Quisiera ser recordado como un buen padre de familia».
Según ha expresado su hijo Emanuele Filiberto, «las intenciones de la familia son sepultarlo en Superga» (Turín). Se ha confirmado que los funerales serán en la tarde del próximo día 10, sábado. Allí se encuentra la basílica con la Cripta Real, tradicional lugar de sepultura de los miembros de la Casa Saboya.
Precisamente, en julio del 2021 fue sepultado en esa basílica Amadeo de Saboya, duque y jefe de la Casa de Aosta, que también fue pretendiente al trono y mantuvo una permanente disputa y enemistad con su primo Víctor Manuel de Saboya. Por su fuerte rivalidad, ambos fueron protagonistas de una pelea en la boda de Don Felipe y Doña Letizia.
Con la muerte en Ginebra del hombre que nunca llegó a ser rey, con una vida de escándalo y jet set, se cierra una página de la historia italiana.
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