Mónica Cruz: «Mi hermana Penélope es mi mejor amiga, quedamos todos los domingos»
La bailarina, actriz y diseñadora, a punto de estrenar 'UPA: Next', nos habla de su familia, de la maternidad y de los secretos de una vida reservada
La polémica foto de Mónica Cruz en la que aparece irreconocible
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Iniciar sesiónHan pasado 20 años y, aunque todo parece igual, las cosas han cambiado mucho. Mónica Cruz era estudiante en la escuela de 'Un paso adelante' y ahora es la directora en 'UPA: Next': «Los decorados son iguales, es como viajar en el tiempo. Se ... me agolpan los recuerdos de aquellos tiempos que cambiaron mi vida, porque yo ni siquiera quería ser actriz, fue todo por casualidad».
Con los años ha asumido que «el baile también es interpretación, así es que estaba más cerca de esta profesión de lo que creía». Pero en este regreso tenía una cosa clara, quería bailar: «Por eso soy también profesora de baile. Tomar el relevo deLola Herrera ha sido un reto y un regalo». Y reconoce que la experiencia «forma parte del aprendizaje constante que es este trabajo. Me siento como una estudiante que no deja de prepararse».
Mónica vivía en el centro de Madrid y un día decidió irse a vivir a la sierra: «Me encanta la ciudad, pero esa etapa la quemé y prefiero la tranquilidad, el silencio, mis paseos». La maternidad y sus mascotas fueron decisivas: «Tengo seis perros y un conejo que viven libremente en el campo. Y con Antonella todo lo tengo más controlado aquí. Me levanto temprano, preparo el desayuno, la llevo al cole, hago mis cosas, la recojo, estoy con ella y me acuesto con ella. A las ocho y media estoy en la cama. Los días que tengo algún evento y me acuesto tarde me siento como resacosa».
La maternidad es algo muy importante para ella: tomó la decisión de ser madre por inseminación y lo dejó todo para cuidar de su hija, a cuya educación dedica especial atención: «Le enseño que la vida es trabajo. Prefiero 100.000 veces quedarme a cenar con ella que acudir a un evento, pero quiero que entienda ese sacrificio. La vida es esfuerzo. Aprendo mucho de ella. Tenemos mucha comunicación y es importante que vea que eres su pilar, su seguridad, y que si me equivoco, le puedo pedir perdón y ella lo puede entender. Me gusta la vida que me da ser madre».
Desde que era muy pequeña, Antonella ha mostrado un don para el dibujo. Su madre no sabe si será artista, pero tiene clara una cosa: «Yo estaré ahí para acompañarla en lo que quiera ser. Si mis padres hubieran insistido en que yo hiciera una carrera antes que ballet no podría haber nada de lo que he hecho. Ellos me apoyaron. Yo aprendí esa lección de ellos y la seguiré con mi hija, quiero que sea un persona libre. No pienso cortarle las alas».
A Mónica Cruz le da paz su casa, sus perros, las cosas sencillas de su día a día. Y no soporta las injusticias, la gente con maldad y los maltratos. Se siente muy agradecida: «La vida me ha dado mucho, no le puedo pedir más que salud. Y que me siga sorprendiendo, no tener la sensación de que está todo hecho, todo visto. Mi sueño es llegar a ser una viejecita feliz». Para ello, se cuida con su dieta, su ejercicio: «Pero la maternidad te abre una puerta al miedo. Me cuido, claro, pongo de mi parte, pero soy consciente de que puede pasarme cualquier cosa».
Disciplinada y creativa, Mónica disfruta con el diseño: «Me viene del baile, porque el vestuario te acompaña en cualquier espectáculo. Yo de pequeña abría el armario de mi abuela y jugaba con su ropa. Yo no dibujo, pero trabajo los diseños con el equipo, con fotos, viendo tejidos, botones, todo. Puedo pasarme horas buscando material para hacer una colección». El caso es no parar: «Me da la vida».
La foto: descubrir el mundo con Joaquín Cortés
Tenía 17 años cuando fue descubierta por Joaquín Cortés, que la contrató para su compañía: «Aquello era lanzarse todos los días a trabajar sin red. Joaquín es exigente, pero es un genio. Y yo descubrí el mundo a su lado. Cumplí los 18 en el Teatro Albéniz. Actuábamos cada día en una ciudad, en un país, en estadios ante miles de personas. Yo era feliz en el escenario». Se había cumplido el sueño por el que había luchado desde pequeña: «Fui una niña tranquila, lo único que quería es ir a la academia de baile. Ni salir a jugar al parque ni nada, solo bailar. Y eso desde los cuatro años. Cuando a los ocho descubrí la serie 'Fama', me obsesioné. Nació mi hermano y me sacaron un año de clases, no paré hasta conseguir que dejaran volver».
Con su hermana Penélope siempre tuvo una maravillosa relación: «Era mi mejor amiga, lo hacíamos todo juntas. Luego, con mi hermano éramos como sus mamás, le cuidábamos. Recuerdo los sábados en la peluquería mientras mi madre trabajaba. Y lo recuerdo con nostalgia, porque éramos una familia muy unida». Tiene reciente la repentina muerte de su padre, al que adoraba: «La banda sonora de su vida era Camilo Sesto. Era muy alegre. Fueron tiempos felices, aunque mis padres trabajaron duro para sacar adelante sus tres hijos y estar con nosotros todo el tiempo posible. Soy consciente de su sacrificio ahora que tengo una hija».
Por eso la familia ocupa un lugar importante en la vida de Mónica Cruz: «Mi hermano vive lejos y no podemos verle como querríamos, pero con mi hermana quedo todos los domingos. Me gusta que nuestros hijos jueguen juntos, que creen vínculos. Y si podemos, nos vemos entre semana. Y lo hacemos porque queremos, porque nos gusta estar todos juntos, no por compromiso».
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