De una ministra adicta a 'Sálvame' al dardo envenenado a Paz Padilla: David Valldeperas rompe su silencio

Valldeperas asegura que su tarea como director es «dar lo mejor para que la gente se quede enganchada al sofá, se divierta y se olvide de todo. Y si para eso hay gente que tiene que llorar, pues se llora. Son profesionales». Y es que, «lo que nosotros hacíamos era un espectáculo y a veces se sufre». Además ha desvelado que «una ministra» le confesó que el programa «era su kit kat del día a día»: «Ella me daba las gracias porque era su manera de evadirse para poder seguir adelante». Aunque esto suponía en ellos mucho desgaste.

«Es durísimo, pero hay que aprender a relativizar. Yo he aprendido a saber separar. Cuando se apagaban los focos de plató, ya está, lo que había pasado ahí se quedaba. Yo creo que he aguantado tantos años porque hacía ese ejercicio de abrir y cerrar el comercio porque si no puedes entrar en una locura», explica al presentador. Eso sí, no entiende que no se le comunicara la cancelación del programa y tuviese que enterarse, como el resto de los españoles, «por la prensa».

«Era un viernes, a las siete yo me iba y al salir me envía la redacción la noticia que había salido, con fecha y todo. Y pensé que era una 'fake news', pero tenía demasiados detalles y al leer el texto envié un mensaje a los productores», desliza Valldeperas antes de desvelar el contenido del mensaje que le mandaron: «Espera un momento». El motivo que le dieron, más tarde, fue que «había un cambio de línea editorial y ya está». «Era un golpe de Estado. Eso era la hoja de ruta prevista, pero había un golpe de Estado y lo ejecutaron. Yo creo que el fin de 'Sálvame' responde a un cambio de línea editorial». Aunque desconoce quién «orquestó» su final.

Valldeperas es conocedor de que «'Sálvame' era un programa muy seguido, pero a la vez muy criticado y había una tendencia en querer rebajar el tono del programa y a nosotros lo que nos gusta hacer es cosas que se salen de lo normal». Además cree «imposible» que pudieran «modificar el tono del programa porque tendría que ser de otra manera y con otra gente»: «Cuando algo coge tanto poder y tiene tantas horas de visión, ¡ojo! Hay nerviosismo fuera y dentro de la cadena». También considera que «fue una falta de respeto al programa entero y a todo el mundo. Cuando decides dar un giro, se reúne a las personas y se les cuenta el futuro que esperas de eso, pero hacerlo por detrás, no nos lo merecíamos. Me sentó fatal».

El director catalán también ha tenido unas palabras para Paz Padilla: «Yo no tengo ningún tipo de relación con ella ni la quiero tener. Pasó algo. Hubo un episodio, tras su salida del programa, que a mí me desencantó. Ella cree que soy parte de sus enemigos». Y en ese momento espera que «yo me creía su cariño y me he dado cuenta de que era un cariño por interés. Lo que quería era tener un aliado en la dirección». Un auténtico dardo envenenado contra la humorista. «Ella dejó de pasárselo bien en 'Sálvame' desde hacía mucho tiempo, empezó a tener relaciones con algunos colaboradores. Ya estaba harta, no se implicaba y es un programa que necesita mucha implicación», apunta.