Melinda French y su vida con Bill Gates: vida, sueños, pesadillas, divorcio y resurrección final

Una vez fue Melinda French Gates, la mujer del gran magnate de las telecomunicaciones, un hombre de quien se desconocía cuáles eran los límites de su riqueza. Ahora, separada de quien fue su marido durante 27 años, es simplemente Melinda French, filántropa y ama de casa, aunque haya decidido conservar el apellido. También multimillonaria, por supuesto, y dueña de una vida que se ha lanzado a relatar en un libro de memorias llamado 'The Next Day' en el que habla de su vida, sueños, pesadillas y resurrección final dentro y fuera de Bill Gates.

Fue en febrero cuando su exmarido publicaba el primer volumen de su biografía, un escrito en el que, por supuesto, no podía dejar de referirse a su divorcio de Melinda French y lo que él mismo calificó como «el error más importante» de su vida. Y en breve ese manuscrito tendrá un importante complemento que vendrá a completar la visión global de lo que fue su matrimonio con el testimonio de la otra parte, su exmujer.

«Para mí era importante ser sincera», le ha dicho la filántropa a la revista 'People' al abrirse, como nunca antes, sobre los cambios más importantes de su vida, incluyendo lo que ella califica como su «agotadora» separación. El anuncio del divorcio ocurrió en mayo de 2021 y sorprendió a muchos, pero para entonces ellos llevaban más de un año tratando en secreto el adiós.

Ella habla directamente de «traiciones» y cómo al final lo importante es seguir siendo «fiel a ti misma siempre». Pero «sin intentar dar consejos a nadie». Realmente uno puede imaginar lo que puede ser estar casada con un multimillonario, pero siempre es una ilusión sesgada, pues solo suelen acudir a la mente imágenes de cosas como palmeras, playas, mansiones, despreocupados paseos al atardecer y una enorme cama. La realidad es que siempre suele haber un lado oscuro de la luna.

Aunque ya había pasado por momentos difíciles con Bill Gates, Melinda French escribe en su libro que a finales de 2019 tenía pesadillas en las que a su mente acudía de forma recurrente la imagen de una hermosa casa que se derrumbaba a su alrededor y que se despertaba entre sudores y presa del pánico noche tras noche.

«Bill ha reconocido públicamente que no siempre me fue fiel», escribe. Y como detalle altamente revelador menciona un artículo «profundamente perturbador» publicado ese otoño con rumores que aludían a reuniones entre su marido y el financiero, depredador y delincuente sexual Jeffrey Epstein. Lo último que querría escuchar una esposa que siempre tuvo a su marido en un pedestal.

Es cierto que Bill Gates siempre ha calificado esas reuniones como un error y recientemente dijo que fue una «tontería» pasar tiempo con un apestado como Jeffrey Epstein y que en su día afirmó que solo buscaba apoyo para su actos de caridad. Pero ese nombre estaba tan manchado que Bill Gates no podía esperar indulgencia alguna por parte de Melinda French.

Ella escribe que, con el tiempo, sus sueños se transformaron en una visión de ella, Bill y sus tres hijos al borde de un precipicio mientras ella se desplomaba en el vacío. «Por dramático que suene», advierte. Fueron esas pesadillas las que impulsaron su paso más trascendental: «En ese momento supe que tendría que tomar una decisión, y que tendría que hacerlo sola».

El momento ocurrió en Nuevo México. Invitó a Bill a un viaje en febrero de 2020 que inicialmente planeaba hacer sola. Quizá todavía podían arreglarlo. Al llegar a la casa que alquilaron, Melinda French se dio cuenta de algo interesante: la propiedad estaba disponible porque la pareja que vivía allí se había separado. Aunque la intención inicial del matrimonio era disfrutar de unas vacaciones normales, la última noche, Melinda le dijo que quería empezar a vivir por separado y que se quedaría en casa con su hija menor, Phoebe, quien por entonces cursaba el último año de secundaria.

«Fue una de las conversaciones más aterradoras que he tenido», escribe. ¿Y cómo reaccionó Bill Gates? Realmente, como suele hacerlo alguien que se da cuenta de repente de que todo ha acabado. «Triste y molesto al principio», como cuenta Melinda, pero luego «comprensivo y respetuoso».

Lo que vino luego fue el desastre característico de las negociaciones, pero en este caso multiplicadas por infinito habida cuenta de la fortuna de la que se habla. «Bill tiene fama de ser uno de los negociadores más duros del mundo», escribe. Y ella empezó a tener «ataques de pánico». Fue entonces cuando decidió ponerse en manos de expertos en salud mental, que todavía mantiene a su lado. «Me permitió responder a las traiciones en mi matrimonio sin traicionarme a mí misma», reconoce. Fue el inicio de su resurrección personal.

«Se necesita valentía para forjar una vida diferente», asegura ahora Melinda a 'People' sobre el próximo capítulo de su vida, que incluye capitalizar donaciones millonarias a través de Pivotal Ventures. «Cuando cambias de rumbo, te das cuenta de que es una gran oportunidad», sentencia.