Meghan Markle se enfrenta a una demanda de casi 9 millones por sus sales de baño

En concreto, 18 quemaduras diferentes de las que todavía no se ha recuperado, y por las que ahora tiene miedo de sufrir infecciones. Sobre todo porque Robin Patrick, de Maryland (Estados Unidos), es diabética, lo que dificultaría aún más su estado de salud. De hecho, aún siente que su cuerpo «está ardiendo de dentro a fuera» tras haber probado la receta el pasado mes de marzo.

La mujer ha mandado una carta a la Duquesa de Sussex, a Neftlix y a Archewell Productions detallando su caso. Considera que ha sido víctima de lesiones graves y que sufre trastorno de estrés postraumático cada vez que se da un baño caliente. Por lo tanto, exige un «mínimo» de 6.700 euros para los gastos médicos del tratamiento, así como 8.89 millones por «imprudente indiferencia por la salud pública».

Más allá de las peticiones económicas Robin Patrick lo que pide es que Netflix ponga un aviso, al igual que lo hace con alergias a los frutos secos, por ejemplo. Pero ni las peticiones ni las amenazas han valido para amedrentar a Meghan Markle, que ha mandado a su abogado a responder por ella. «No puede haber reclamación por negligencia contra nadie de la producción o distribución de la serie», ha comentado el letrado, señalando que los ingredientes de las sales de baño están contraindicadas para personas con diabetes.

La receta de sales de baño era para dejarlas en la habitación de su amigo Daniel Martin, su maquillador. Incluía sal de Epsom (sulfato de magnesio, que actúa como relajante y exfoliante), sal del Himalaya (también exfoliante), aceite de árnica (antibacteriano y además sirve para eliminar moratones) y aceite esencial de lavanda (propiedades calmantes, regeneradores, antiinflamatorias).

Precisamente, la sal de Epsom está contraindicada en exceso para personas que sufren de diabetes. Está descrito que, consumida oralmente, puede provocar efecto laxante, náuseas y dolores abdominal y de cabeza. Sobre la piel, aunque es raro, podría causar infecciones, heridas e incluso quemaduras. Ese habría sido precisamente el caso de esta mujer, cuyas fotografías muestran quemaduras con costra en varias zonas de las piernas, algunas de ellas aún sin haber podido curar.

Explica que notó la molestia nada más entrar a la bañera, y aunque salió rápidamente el dolor no paró. «Al principio sentí una sensación de cosquilleo leve, sin que fuera desagradable. Pero a medida que el agua me cubría las piernas empecé a notar que me quemaba», compartió. «Salí de la bañera inmediatamente, paré el agua y después moví el agua con la mano», comenta. Lo cual supuso nuevas quemaduras en la mano y en el brazo», explicó. «Estos síntomas han interrumpido mis rutinas de día y noche, ya no puedo darme duchas templadas o llevar ropa sobre las zonas afectadas», añadió.