Meghan Markle, considerada como la 'duquesa difícil', según Tom Quinn

Según un fragmento del libro publicado por el propio autor en 'The Times', Meghan, quien actualmente vive con su marido, el Príncipe Harry, en Estados Unidos, tuvo serias dificultades para integrarse en la estructura jerárquica de la realeza: «A Meghan realmente no le gustaba la jerarquía», confiesa un ex empleado de los Windsor.

Según Quinn, la franqueza de Meghan y su estilo californiano no llegan a encajar con los protocolos reales, lo cual provocó varias tensiones durante su estadía en Reino Unido: «Meghan no siempre fue muy amable con su personal; simplemente no estaba acostumbrada a eso como Harry. Por eso, en un momento era muy amable, tal vez demasiado amable, abrazando al personal y tratando de hacerse amiga de ellos, y al minuto siguiente estaba irritada por el hecho de que no respondían de inmediato a todas horas del día y de la noche», relata un exfuncionario del Palacio de de Kensington.

Además, el autor revela que la exactriz fue recibida con entusiasmo cuando llegó a la Familia Real. La Reina Isabel II y el entonces Príncipe Carlos, la encontraron encantadora. Por su parte, el Príncipe Guillermo y su mujer, Kate Middleton, la acogieron cálidamente. «Pensaban que era un soplo de aire fresco», recuerda un miembro del personal de los Windsor. En el libro también se puede leer el testimonio de una empleada, que sorprendió a Meghan y Guillermo bailando el Jive.

Sin embargo, fue el carácter de Meghan el que no encajó con los otros miembros de la realeza. «Kate, Guillermo y Carlos tendían a estremecerse cuando ella se acercaba para abrazarlos. Meghan se sintió sumamente herida, porque aparentemente todos abrazan a todos en California», señala el escrito.

Además, el libro 'Yes, Ma'am – The Secret Life of Royal Servants' deja entrever que el impacto de estos gestos fueron el punto de quiebre entre los hermanos Harry y Guillermo. «Esos abrazos incomodaban a William porque Meghan lo abrazaba casi cada vez que se cruzaban; los abrazos y besos en la mejilla alimentaron rumores entre el personal de que Meghan estaba coqueteando con él, lo que claramente no era el caso», se puede leer.

Finalmente, el libro sugiere que Meghan influyó en la percepción de Harry sobre su familia. «No creo que Harry pensara realmente en el hecho de que era un sustituto hasta los primeros meses de su matrimonio (...) Ella se convenció de que estaba siendo tratado como alguien completamente insignificante», sentencia Quinn.

Estas nuevas revelaciones prometen avivar las tensiones entre los Sussex y el resto de la familia real, dejando claro que el culebrón de los Windsor está lejos de llegar a su fin.