Mary de Dinamarca desempolva una tiara que no veía la luz desde hace más de un siglo

Dos piezas que hasta que la Reina no las ha sacado de joyero real llevaban más de 140 años sin ser usadas. Ambas forman parte de la Colección Real de Dinamarca y la pulsera está habitualmente expuesta en el Tesoro, que se encuentra bajo el Castillo de Rosenborg, en pleno centro de Copenhague. Tras este viaje, la tiara también pasará a formar parte de esta lujosa colección que representa la riqueza del país.

La tiara se creó aproximadamente en 1820 para la mujer de Christian VIII. Las once gemas que tiene engastadas fueron recolectadas por el Rey durante el viaje de la pareja a Italia en 1819-1821, donde visitaron Roma y las antiguas excavaciones de Pompeya. Las joyas reflejan el gusto clasicista de la época y estaban pensadas para el uso diario, más que para competir con las más llamativas joyas de diamantes.

Y la pulsera, un espectacular brazalete con el mismo oro amarillo, lo adquirió Federico VII en un viaje de 1828 de la zona del Vesubio. Se lo regaló después a su mujer, Wilhelmina María, con motivo de su enlace. Para ello preparó una caja en donde se podía leer: «C'est du sommet du Vésuve enflammé que mon cœur vole à toi. 24 de abril de 1828«. Es decir: »Es desde lo alto del ardiente Vesubio que mi corazón vuela hacia ti«.

La Reina ha combinado esta impresionante combinación de joyas con un vestido que ya se había puesto con anterioridad. Un vestido de fiesta con fondo negro y estampado floral firmado por Jesper Høvring que ya se había puesto en 2019 para una celebración de Nochevieja. Si bien la vez anterior lo combinó con cinturón oscuro y joyas de diamantes, ahora ha preferido una cinturilla marcada en tono oro viejo que conjunta a la perfección con las impresionantes joyas.

La decisión de la Reina Mary de ponerse estas piezas encaja con sus últimos movimientos. Recientemente la Casa Real danesa hizo pública la decisión de la mujer de Federico X de actualizar un collar en una espectacular tiara de diamantes para poder utilizarla. Rápidamente fue bautizada como la diadema Rosenstone, fruto del trabajo conjunto del joyero Matías Hasbo Dinesen, que le presentó una serie de propuestas sobre cómo adaptar la pieza y que resultara actual sin dañar la historia de la joya.

Está claro que la 'royal' ha decidido que con el título tiene acceso total a la impresionante colección que la Familia Real de Dinamarca tiene a su disposición. Y los forofos de los joyeros históricos han vuelto a ver unas joyas olvidadas que la propia web de la Casa Real se ha encargado de describir con detalle para evitar malos entendidos.