Marta López Álamo: «He sido brillante en mis estudios y no los he descuidado por ser modelo»

En sus inicios sufrió mucho con su anorexia «la enfermedad la desarrollé por querer estar siempre perfecta». Tiempo después se propuso compartir su experiencia en las redes sociales con todos sus seguidores. «Estaba en la edad perfecta para empezar con todo pero no pude porque estaba muy mal». Consiguió recuperarse física y emocionalmente de lo que conlleva padecer un trastorno alimenticio. Se propuso volver a trabajar a los 19 años pero no resultó como esperaba. «Fui a una agencia muy importante en Madrid y directamente me dijeron que estaba gorda. Mi cuerpo ya no era el mismo, estaba hinchada por la recuperación y tuve que esperar hasta los 20 años», recuerda con dolor. «Salí de ahí. Tenía ganas de vivir. Hice que mi familia lo pasara muy mal y perdí gran parte de mi adolescencia» reconoce con entusiasmo.

Su familia ha estado a su lado en este duro proceso apoyándole en todo. «He sido brillante con mis estudios. Me parece imprescindible que la gente tenga curiosidad por saber y hoy en día se ha perdido el gusto por el conocimiento». Ha desfilado para firmas muy importantes de nuestro país y también para diseñadores internacionales. «En España he hecho cosas pero no todas las que debería haber hecho, por el trabajo que tiene mi pareja».

Actualmente no sigue ningún régimen de comidas. Come lo que quiere aunque «sí que es verdad que conozco mi cuerpo y se que me sienta peor o mejor. Cuando tengo un trabajo en lencería o bikini, los días previos intento adaptar mi alimentación para estar mejor». Hace deporte diariamente para mantener la masa muscular «me cuesta poco porque tengo suerte de tener un buen metabolismo».

Haber contado su experiencia en redes sociales ha llevado a que reciba numerosos comentarios por parte de sus haters «cuando subo que me estoy comiendo una pizza me dicen que no me lo creo ni yo».

Ahora mismo estamos pasando una época donde se supone que se aceptan todos los cuerpos y el body positive está a la orden del día pero ella piensa que «a las que se les exige se les sigue exigiendo lo mismo y hay muy poco tacto en cómo dicen las cosas por parte de las personas que llevan mucho tiempo en esta industria».

En el mundo de la moda ha vivido el compañerismo, todo lo contrario a lo que vive de 'influencer.' «En la redes sociales hay mucha competitividad y mucho menos compañerismo del que se quiere demostrar». Comparado con cualquier otro trabajo se gana mucho dinero en las redes sociales. «Somos un escaparate para vender los productos de las marcas». Esto tiene una parte mala: la exposición pública.

Con lo que más disfruta la novia de Kiko Matamoros es trabajando con firmas de moda y belleza. Ha hecho muchas colaboraciones en Instagram con marcas de la talla de Dolce &Gabanna Beauty, Kiko Milano, Mac, entre otras. «A veces las marcas no te pagan por publicar sus productos, pero lo haces por simple gusto». Por su trabajo, a la modelo le toca viajar mucho, esto hace que prácticamente todo le salga 'gratis' o que le paguen un 'fee' por ello. «Me ahorro mucho dinero por ser 'influencer', soy muy previsora y quiero invertir».

Que su pareja sea tan televisiva le ha afectado porque nunca ha querido participar en ese sector. «No es algo que me guste ni me interese». Le parece fatal que se le juzgue y le quiten trabajos por ser la novia de Kiko Matamoros. «Si eres pareja de un actor o de un futbolista, sí tienes trabajo. Al final se está valorando a una mujer por la persona con la que tiene una relación en lugar de por ella misma».

En pocas semanas se casará, aún está ultimando los detalles de su boda. La 'influencer' lucirá tres vestidos a lo largo de la ceremonia. «Tengo muchas ganas de compartir ese momento con toda la gente que quiero», confiesa ilusionada.