María Jesús Ruiz: «Más que mi otra mitad, mi marido es una prolongación de mí»

La exmiss España nos habla de su infancia, de su marido, de sus sueños, y hace balance de este año que termina

El calvario de María Jesús Ruiz: malos tratos, deslealtades y desengaños amorosos

María Jesús Ruiz GTRES

Para María Jesús Ruiz, el 2023 ha estado marcado por el hombre de su vida: «Con Curro he vivido este año el peor y el mejor momento de mi vida. El peor, en febrero, cuando sufrió un infarto y pensé que lo ... perdía. Se te pasa todo por la cabeza y te das cuenta de cuánto lo necesitas, de lo importante que es. El mejor, en septiembre, con la boda sorpresa. Casarme a los 40, con el bagaje emocional que llevo, sabiendo lo que hacía, me ha resultado una experiencia maravillosa. Y en lo profesional, también ha sido un año muy intenso: en Laka Moda –su tienda de ropa– ya contamos con 10 empleados y hemos creado una comunidad muy activa en la que ofrecemos contenido, casi un 'reality' de moda, para vender y entretener a nuestra clientela».

La que fuera miss España no puede disimular que está enamorada hasta las trancas: «Curro es mi apagorni (una especie conocida como 'ave del amor' porque sus parejas son para toda la vida). Pese a que nos peleamos mucho, porque tenemos ideas propias y mucho temperamento, somos el complemento perfecto. Estamos todo el día juntos. No es que sea mi mitad, es parte de mí, es una prolongación de mí. Luchamos por las cosas. La admiración y el respeto es la base de todo».

Lejos queda el conflicto que casi acaba con todo, cuando descubrió que su amado estaba casado: «No me arrepiento de ningún paso porque me ha llevado a casarme con él y estoy feliz haciendo este camino juntos. Es posible que, si pudiera, cambiara alguna cosa, pero lo importante es el final». Incluso su madre, que no estaba de acuerdo con la relación, parece ir aceptando de buen grado cómo van las cosas: «Lo hemos hablado estas Navidades y estamos mejor». Eso la ha hecho muy feliz.

María Jesús es una mujer perfeccionista, pero «sin ser esclava. Me gusta hacer las cosas bien». Es «100% diurna, porque mi familia me lo exige, me levanto a las 7». Y se aferra a las rutinas para seguir adelante: «Trabajar cuando tienes dos hijas es complicado, porque tienes que organizarte muy bien. Yo acabo muy tarde y duermo menos de lo que me gustaría». Por eso, su sueño es algo tan poco mundano como «quedarme en casa, tirada en el sofá». Si piensa en algo que le dé paz, lo tiene claro: «El hogar, pero sin filtros, sin maquillaje, sin peinar… Yo, limpia, con mi marido y mis hijas». Al contrario, le saca de quicio «el descontrol. Sobre todo en el trabajo. Me gusta tener todo en orden. Si no lo está, se me cambia el humor. Necesito saber qué voy a presentar y qué toca en cada momento».

«Tuve depresión postparto y fue muy duro. Sientes un vuelco enorme cuando asumes que, de pronto, son ellas las protagonistas»

María Jesús Ruiz

A María Jesús le gusta presumir de hijas, está muy orgullosa de ellas, aunque hubo un momento en que sufrió mucho: «Tuve depresión postparto y fue muy duro. Sientes un vuelco enorme cuando asumes que, de pronto, son ellas las protagonistas, que lo ocupan todo. Me dio mucha ansiedad y me daba mucho miedo que me pasara algo, porque ellas demandaban el cariño y los cuidados de una madre». De nuevo, María Jesús tiene palabras de amor hacia Curro: «Es que él llegó a casa casi como si fuera un matrimonio, porque yo tenía una vida familiar muy ordenada, con las niñas muy pequeñas, y él aceptó esas reglas desde el principio. Otros se hubieran ido, pero él se quedó».

La foto: la niña que siempre posaba

Ahí está, en la fiesta de Navidad, vestida de pastorcilla y nerviosa ante la idea de subirse al escenario del salón de actos del colegio. Pero ya desde pequeña, a María Jesús disfrutaba con la idea de disfrazarse y salir a desfilar: «Me llamaban 'la Pantojilla' porque me veían muy artista. Era una niña muy activa, inquieta, nerviosa y muy risueña. Puedo decir que tuve una infancia muy feliz. Yo vivía en un bloque y me bajaba al portal a jugar con mi hermana y las vecinas. Era la que lo organizaba todo: las coreografías, la parte artística. Yo de cría parecía una vieja, posando todo el tiempo como una profesional».

María Jesús Ruiz, de pequeña, vestida de pastorcilla ABC

Creció en Andújar, en una familia que no tenía nada que ver con la moda: «Mi padre era camionero y mi madre, ama de casa. Nunca nos faltó de nada, pero nuestro único lujo era ir a la playa de vacaciones. Los domingos iba a misa con los 20 duros que me daba mi abuela. Yo soñaba con ser modelo y veía 'Fashion TV' para aprender a desfilar como Kate Moss o Naomi Campbell. Ninguna pasarela es mejor que el salón de tu casa cuando quieres aprender. A algunas, sus padres le pagan cursos. Los míos no me pudieron ayudar, pero cuando pude llegar a ser miss, lo valoré mucho más. No me rendí y pude cumplir mi sueño todo con mi esfuerzo. Me costó mucho, pero aprendí que si una sueña con salir de su mundo al final lo logra si no tiene miedo».

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