Margarita II confía la corona danesa a Mary Donaldson

Federico confesó en 2017 que sentía pánico a hablar en público desde su adolescencia, como le sucedía al Jorge VI británico, y que logró superarlo gracias a la ayuda de la princesa heredera. Abogada y formada en Comunicación y Relaciones públicas, Mary Donaldson entrena a menudo a Federico para sus intervenciones públicas y esta semana han practicado casi a diario. Ese apoyo no ha pasado inadvertido para la reina Margarita II, cuya decisión de abdicar en su hijo constituye una firme apuesta por el matrimonio.

La monarca ha sabido apreciar el sentido de Estado que Mary ha mostrado desde que pasó a formar parte de la familia real danesa, superior incluso en ocasiones al de sus propios y malavenidos hijos. Cuando el escándalo protagonizado por Genoveva Casanova puso en peligro el matrimonio, Margarita II valoró enormemente la profesionalidad de Mary en su reacción y la decisión con la que dio prioridad a la protección de sus cuatro hijos, según ha explicado la periodista Kim Bach, experta en la Casa Real danesa, de forma que resolvió apuntalar esa pareja. La reina espera que Federico se centre más, ahora que afrontará mayor responsabilidad y la exigente agenda de un monarca, y ha optado por asegurar también a Mary como futura reina, un desenlace que la posible separación habría puesto en peligro. Mary ha salido por tanto reforzada de esta crisis por voluntad expresa de Margarita II.

Al comienzo de las vacaciones de Navidad, la princesa Mary publicó en Instagram una foto en un paisaje nevado, desde el que sonreía con serenidad y reflexionaba sobre el paso del tiempo: «El tiempo es algo peculiar. Cuantos más años has recorrido, más rápido parece pasar volando el año siguiente. A la vez, con el tiempo te vuelves cada vez más consciente de lo precioso que es cada momento y cada año». Ponía fin así, con discreción y elegancia, a una crisis que con el tiempo pasará a ser una más. La adaptación de la joven australiana a la vida de la Casa Real danesa ha sido un camino pedregoso y empinado, a lo largo del cual se ha ganado a pulso el cariño de los daneses y una popularidad superior a la de Federico, otro detalle que Margarita II no ha dejado de advertir. El camino hasta llegar a esa posición ha estado lleno de obstáculos.

Cuando Mary conoció a Federico, en un bar de Sidney durante las olimpiadas de 2000, al menos eso es lo que dice la leyenda, que los presentó Felipe VI, era hermosa, dulce, educada y muy inteligente, pero al lado de la soberbia reina Margarita destilaba cierta imagen de chica corriente y acceder al linaje del los Glücksburg exigió cambios que la llevaron a dar algunos traspiés. En 2006, cuando compró 20 pares de zapatos en sólo una mañana, en la selectiva calle Mermaid de Copenhague y por unos 7.000 euros en total, su comportamiento le acarreó los apodos de 'Jackie Onassis de Dinamarca' e 'Imelda Marcos de Escandinavia'. Las encuestas situaban en ese momento por encima de su popularidad incluso a la condesa Alexandra, la ex esposa de Joachim, el hermano menor de Federico.

Mary contrató los servicios profesionales de la coach Teresa Page para pulir su imagen y su estilo. En estos casi 20 años como princesa heredera, sin embargo, se ha convertido en una danesa modelo, con la que al pueblo de Dinamarca le gusta identificarse. Hoy en día, apoya numerosas campañas benéficas, recicla su guardarropa y cuida en extremo sus amistades. Amber Petty, su mejor amiga de juventud, no soportó la distancia geográfica y social que supuso el nuevo rumbo en la vida de Mary. En sus memorias, publicadas en 2020, expresó su frustración y cómo esa amistad se fue diluyendo.

Uno de sus grandes apoyos en Copenhague fue durante un tiempo Caroline Fleming, presentadora de televisión y casada con Rory Fleming, sobrino del creador de James Bond y miembro de una de las familias aristocráticas más destacadas de Dinamarca. La exposición mediática de Caroline, sin embargo, fue considerada problemática por parte de la casa real y Mary se plegó a la disciplina y puso distancia. Otra buena amiga ha sido Sofie Kirk Kristiansen, parte de la familia propietaria de Lego Group. Sus dos hijas son también buenas amigas y eso las acerca aún más. Caroline Heering ha sido su dama de compañía y consejera. Tanja Doky su secretaria. Pero Mary Donaldson ha ido cerrando ese círculo de amistades personales a medida que aumentaban su fortaleza y su propia influencia.

A la única persona que reconoce haber echado de menos constantemente en la intimidad es a su madre, que falleció hace 20 años tras una operación de corazón y que no pudo acompañarla en semejante aventura. La muerte de Henrietta fue un duro golpe para la princesa. Antes de su boda real en 2004, Mary confesó que «de vez en cuando, siento que está muy cerca, que está a mi lado y espero que cuando me convierta en madre me parezca a ella». Y si ha logrado una admirable estabilidad a pesar de apenas mantener contactos sociales personales ha sido sin duda porque siempre ha estado arropada por su familia. Ella es la pequeña.

Su padre, un profesor de matemáticas, sigue residiendo en la casa familiar, en un paraje de ensueño junto al río Derwent. Los viajes de Mary a Australia son muy frecuentes y siempre que puede se lleva a los niños, que disfrutan allí de un entorno mucho más distendido y acogedor que el de la corte. El último ha tenido lugar después del escándalo de Genoveva Casanova y se hizo acompañar de los dos pequeños. Federico también solía relajarse en Australia, hasta que las tensiones en la pareja fueron distanciando las visitas a su suegro.

Según contaron en su fiesta de compromiso, el 8 de octubre de 2003 en el castillo de Amalienborg, lo suyo fue un «amor a primera vista». Era evidente entonces que Mary hacía feliz a Federico, cuyo semblante se volvió notoriamente más sonriente y relajado. La pareja había tardado tres años en obtener la aceptación de la reina Margarita. Para el gran día de la boda, el 14 de mayo de 2004, Mary eligió al diseñador Uffer Frank y un velo que había lucido la princesa heredera Margarita de Suecia en 1905, junto a un ramo de eucalipto y flores del jardín de palacio, un guiño a su Australia natal.

El matrimonio ha ido madurando con los años y Mary ha demostrado, incansable, su compromiso. Su gran sentido de la responsabilidad impregna su día a día, lleno de responsabilidades y gran disciplina. Sale a correr a menudo en los alrededores del palacio de Amalienborg y sigue una dieta danesa a base de pan de centeno, pescado fresco y mucha fruta. Se ocupa personalmente de las rutinas de sus hijos Christian, de 18 años, Isabella de 16 y los dos mellizos, Vicent (ahijado de Felipe VI) y Josephine, que acaban de cumplir trece años.

Es clienta habitual de la esteticista Ole Henriksen y se ha servido de su presencia en la Global Fashion Agenda y de su influencia en el sector de la moda danesa para promover su sostenibilidad. Con los años ha ido perfilando su papel de princesa heredera, centrada en su familia y en la defensa de las mujeres, los refugiados y los niños. Desde que llegó a Conpenhague sólo ha formulado una única petición a la reina Margarita, la creación de una fundación desde la que trabaja contra el asilamiento social y el bulling en las escuelas y en la que desea seguir desarrollando esa labor como reina, a partir de este domingo.