Manu Tenorio, tajante sobre el estado del conflicto con sus inquiokupas: «Es un desconcierto tremendo»

Así, los casos con conflictos de este tipo se suceden día tras día pero uno de los que más se habló hace un tiempo fue el de Manu Tenorio. El cantante, y exconcursante de 'Operación Triunfo', denunció en septiembre que los inquilinos a los que había alquilado su casa de primera línea de mar en Sanlúcar de Barrameda (Cádiz) habían dejado de pagar desde hacía más de un año pero seguían allí. Aseguraba que le debían ya unos 10.000 euros.

A raíz de ello, el andaluz y los inquilinos se enzarzaron en declaraciones públicas a través de televisión, en las que él estuvo lamentando el calvario personal que le estaba suponiendo esa okupación. Y tras unas semanas de intensa polémica se alejó de los focos. Ahora, el artista ha vuelto a hablar de la cuestión y ha actualizado, en declaraciones a los medios, el estado del caso.

«Todo sigue igual», ha contestado a los periodistas con un tono que dejaba intuir su poca esperanza en el desenlace. «Es un desconcierto tremendo», ha asegurado Tenorio, que ha reiterado que la situación, que parece estancada, «sobre todo también genera un desgaste psicológico tremendo y unas consecuencias psicológicas muy profundas».

Así, el cantante andaluz ha reiterado que a la vista de la situación «vamos a tener que entrar en juicio» lamentando eso sí que ya lleva «un año y pico sin poder recuperar mi hogar familiar». Tenorio ha añadido que esperar es lo único que le queda ahora, «como a tantísimos españoles». Además, ha querido zanjar la cuestión insistiendo en que se produzcan okupaciones y los propietarios queden indefensos «es algo inconcebible». Tenorio ha reiterado que no entiende como pueden seguir sucediendo casos como el suyo.

Por otro lado, el cantante aprovechó para recordar el recién nacimiento del hijo de su compañera de OT, Gisela, que sabe que «está muy feliz, muy contenta». Además, preguntado por su diagnóstico de TDAH ha recordado que no es una enfermedad, sino un transtorno y lo ha ejemplificado contando que «es como tener un Ferrari con unos frenos de bicicleta» y que por ese motivo «tenemos que aprender a pilotarlo».