De mansión a imperio residencial: la expansión millonaria de Zuckerberg en Palo Alto
En apenas una década, el creador de Facebook ha adquirido propiedades, levantado un complejo privado y alterado la vida comunitaria de uno de los barrios más exclusivos de Silicon Valley
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Iniciar sesiónLo que antes era uno de los barrios más tranquilos y lujosos de Palo Alto se ha convertido en el epicentro de una expansión inmobiliaria sin precedentes. El fundador de Facebook, Mark Zuckerberg ha pasado de adquirir una mansión de 520 metros cuadrados a ... levantar un complejo privado que abarca al menos once viviendas y más de 110 millones de dólares en inversiones, todo ello en poco más de una década.
Crescent Park, el barrio donde donde catedráticos de Stanford, altos ejecutivos y profesionales liberales convivían en un entorno de discreción y vida comunitaria, es ahora un enclave que combina la residencia principal del director ejecutivo de Meta con con casas para invitados, zonas de ocio, una pista de pickleball, piscinas, jardines y hasta una estatua dedicada a su mujer, Priscilla Chan.
Cabe resaltar que el empresario de 41 años, comenzó su desembarco en dicha zona en 2011. Apenas un año después, inició una estrategia de compras selectivas para reforzar su privacidad: en 2012 y 2013 invirtió más de 40 millones de dólares en cuatro propiedades contiguas, que derribó para reconstruir desde cero. En los últimos tres años, esa expansión se ha acelerado, con seis nuevas adquisiciones, cuatro de ellas en los últimos 15 meses, muchas realizadas a través de sociedades con nombres distintos y contratos de confidencialidad firmados por los vendedores.
El proyecto de Mark se ha visto envuelto en la polémica por varios motivos, entre ellos figura el uso de una de sus propiedades como escuela privada para 14 alumnos, incluidos dos de sus hijos, sin el permiso requerido por la normativa local, que prohíbe actividades educativas o comerciales que generen más tráfico del habitual en zonas residenciales.
Por su parte, el portavoz de Mark y Priscilla, Aaron McLear, explicó a 'The New York Times' que que se trataba de un grupo de niños que comenzaron a educarse en casa durante la pandemia y han mantenido ese formato «para brindarles estabilidad». Sin embargo, la revelación ha causado malestar, especialmente tras el cierre, hace pocos años, de la Escuela Primaria de East Palo Alto, fundada por la pareja para familias con bajos ingresos.
Otro de los problemas que afronta el matrimonio es la convivencia con sus vecinos, puesto que se ha visto alterada también por el fuerte despliegue de seguridad: cámaras con vistas a propiedades colindantes, guardias privados que circulan por las calles públicas en vehículos de vigilancia y grabaciones a visitantes. «Ningún barrio quiere ser ocupado. Pero eso es exactamente lo que han hecho. Han ocupado nuestro barrio», denunció Michael Kieschnick, vecino y cofundador de una compañía de telefonía móvil, cuya vivienda está cercada por tres de las casas del empresario.
A pesar de las quejas, el proyecto continúa llevándose a cabo. Debajo del terreno, Zuckerberg ha construido unos 650 metros cuadrados de sótanos, que según los permisos son espacios auxiliares, pero que entre los residentes se conocen como 'búnkeres' o 'la cueva del murciélago'. Las obras, que acumulan ocho años de actividad, han llenado las calles de maquinaria pesada y generado continuos cortes y ruidos, provocando que algunos propietarios hayan optado por mudarse.
Aunque Zuckerberg ha intentado calmar las aguas compensando a sus vecinos con gestos como enviar botellas de vino, chocolates o dónuts, la percepción general es que Crescent Park ya no es el mismo de antes.
Finalmente, cabe resaltar que otros magnates tecnológicos como Jeff Bezos o Elon Musk han protagonizado movimientos similares, levantando complejos privados que alteran la dinámica de comunidades enteras. Sin embargo, en Crescent Park, la magnitud y la discreción con la que Zuckerberg ha ejecutado sus compras han convertido el caso en un símbolo del impacto que puede tener el poder económico de Silicon Valley sobre el tejido social de sus propios barrios.
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