Lorenzo de Bélgica, el «príncipe maldito», pierde su batalla legal para conseguir cobertura de la seguridad social

El Príncipe Lorenzo, hermano menor del actual Rey Felipe de los belgas, presentó su caso ante el Tribunal Laboral de Bruselas, asegurando que era autónomo porque trabajaba para la Familia Real y quería recibir lo correspondiente de las prestaciones de la seguridad social. Según él, quiere trabajar en el sector privado pero no se le permite.

Sin importar su asignación anual, que alegaba que se esfumaba con la contratación de un ayudante y los viajes a los que tiene que acudir, por lo que asegura que se queda con solo 5.000 euros mensuales. Según su abogado, Olivier Rijckaert, participa en unos 93 actos, visitas o reuniones cada año de carácter oficial, pero no tiene prestación si se pone enfermo y cesa su actividad. Además, tiene en cuenta a su mujer, Claire, y sus hijos como posibles perjudicados, puesto que ellos tampoco están protegidos por la seguridad social.

«Lo que pido es que se respeten los derechos fundamentales», expresaba el pasado año el Príncipe Lorenzo. «Cuando un migrante llega aquí se registra y tiene derechos. Quizás yo también sea migrante... pero uno cuya familia fundó el Estado. Pido derecho al reconocimiento social«, comentaba. Para él no era una cuestión de dinero »sino de principios«, añadía.

El Tribunal ha considerado que la petición del Príncipe Lorenzo tiene sentido, puesto que la seguridad social belga aplica a todos los ciudadanos, pero ha decretado que le corresponde cambiarlo para su caso. Que se debe realizar un cambio en la legislación para proteger a la familia del Rey. Considera además que el hermano del monarca no puede ser considerado autónomo, como él mismo se identifica.

No es la primera vez que el Príncipe Lorenzo se convierte en el protagonista de las noticias por sus declaraciones o sus escándalos financieros. En 2007 y 2008 se reunió con el hijo del dictador libio Gadaffi sin la aprobación del Gobierno, y solo 3 años después se le exigió que devolviera más de 15.000 euros por pasar facturas al Estado de sus compras del supermercado, sus vacaciones de esquí o el colegio de sus hijos.

Más recientemente recibió un «castigo» del Gobierno. En 2018 se le retiró la dotación anual por haber acudido a un acto en la embajada china de Bruselas vestido con el uniforme del ejército belga sin que se le diera permiso. En 2020 defendió al Rey Leopoldo II de las acusaciones de genocidio durante la colonización diciendo que también había «construido parques» en Bruselas.

Sin duda, es el miembro más polémico de la Familia Real belga, lo que le garantiza el título de «príncipe maldito» que le dan los medios anglosajones. Sin embargo, no es el único que se ha quejado de la asignación económica que reciben los miembros de la Corona. Tras abdicar en 2013, Alberto II ya había dejado claro que la dfotación de 923.000 euros al año no era suficiente para él.