El lado oscuro de Chicho Ibáñez Serrador, según las azafatas del 'Un, dos, tres'
Antiguas azafatas del programa hablan de «humillaciones» y «torturas» en la revista 'Lecturas'
«Solo buscaba dos reacciones en la gente: alegría o miedo», ha relatado una de ellas
Mayra Gómez Kemp: la herencia de la mujer que se enfrentó a Chicho por cobrar menos que Joaquín Prat
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónDicen que el pasado siempre vuelve. Pasado fue el legendario concurso 'Un, dos, tres... responda otra vez' y presente es el retrato recompuesto ahora por quienes trabajaron con el que fuera su creador, el no menos mítico Chicho Ibáñez Serrador, de ... quien pocos parecen mantener un buen recuerdo. La revista 'Lecturas' ha hablado con azafatas que fueron apareciendo por el programa a lo largo de los años y hablan de torturas, humillaciones, acoso y más cosas escabrosas.
Este es el lado oscuro de quien durante una época de la televisión llenó de alegría y emoción muchas noches del fin de semana con aquel concurso de varias horas en el que aparecía un presentador carismático, parejas de concursantes, preguntas y respuestas, decisiones arriesgadas, cómicos y artistas, grandes premios finales, una calabaza que luego fue una bota... Y luego estaban las azafatas.
-
Karina: «He preferido ser madre a ser cantante»
Antonio Albert
Durante largos años se consideró a Chicho Ibáñez Serrador como un auténtico cazatalentos, un hombre capaz de descubrir a chicas especiales que luego se abrirían camino en diferentes ámbitos del mundo del espectáculo, como fueron los casos de Victoria Abril, Silvia Marsó o Lydia Bosch, por citar solo unos pocos. Pero no todo era como parecía, según ha recordado ahora la revista 'Lecturas'.
«Te torturaba, te castigaba y te quería humillar»
Varias mujeres que trabajaron a las órdenes de Chicho Ibáñez Serrador han desvelado en sus páginas el lado oscuro del mítico concurso y de su creador, chicas que eran escogidas personalmente por el director del 'Un, dos, tres'. Y no guardan un buen recuerdo precisamente del programa. Una de ellas es Marta de Pablo, quien ha revelado: «Chicho te torturaba, te castigaba y te quería humillar, hasta el punto de no saber cómo hacerte daño».
Hay otra exazafata de las primeras temporadas, que prefiere permanecer en el anonimato, que descubre que cuando debían viajar para hacer grabaciones fuera del estudio o acudían a bolos, decidían no coger nunca una habitación en el hotel solas y siempre se quedaban en habitaciones compartidas con otra compañera debido a que algunas habían recibido visitas inesperadas por la noche.
Por otra parte, muchas de las azafatas empezaron en el programa siendo menores de edad. Aquellos eran otros tiempos y esas cosas ocurrían. Es el caso de Marta de Pablo, que llegó a Madrid con apenas 17 años y pronto se convirtió en una de las favoritas del elogiado productor.
Del amor al odio
«El problema que tuve con él es que se enamoró con locura de mí. Se llegó a plantar debajo de mi casa con billetes de avión diciendo que se quería fugar conmigo. Era muy habitual», ha contado en el programa 'TardeAR'. Empezó a trabajar en el programa y no tardó en sufrir lo que suponía ser la favorita de Chicho Ibáñez Serrador. «Fui la mejor actriz del mundo, porque siempre sonreía, pero al salir del plató lloraba como una magdalena», recordó.
Con el tiempo, se sabría la forma tiránica que tenía el productor a la hora de llevar el programa, algo que ahora rememora Marta de Pablo. Ella habla de largas horas de ensayos durante días para números de baile que luego, a última hora, eliminaba sin dar ninguna explicación. Una de sus formas de tortura.
«Él elegía a cada una de las azafatas, te quería mucho y te cuidaba pero luego te maltrataba. Solo buscaba dos reacciones en la gente: alegría o miedo. Te hacía preparar números musicales muy complicados y al llegar a la grabación decía que no entraba y te ponía atrás del todo, te humillaba», aporta Marta de Pablo.
La versión del hijo
El hijo del productor, Alejandro Ibáñez, intervino en 'TardeAR' para desmentir lo narrado por Marta de Pablo: «Solo hablan de él porque es una persona que está muerta y no se puede defender, no hay nadie para contradecirla. No hay forma de que dé su versión y se defienda«.
Y añadió: «El caso es que si mueven la mierda, pues huele, y se está diciendo de un señor que lleva muerto cinco años, no se. Hasta ahora jamás se había dado este chismorreo. Siempre lo han respetado, así que solo puedo pensar que es fácil perder el respeto a alguien que ya no puede defenderse. A mí como hijo no me afecta, eso ya os lo digo. Yo sé cómo era y no hago caso a esas historias».
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete