Corría 2012 cuando la emisión de Gandía Shore lanzó a la fama a un grupo de jóvenes con actitud desafiante y noches sin fin bajo el sol de la costa valenciana. Entre ellos despuntaban dos nombres: Ylenia Padilla, con su carácter explosivo, su sinceridad ... sin filtros y su promesa de convertirse en un torbellino mediático; y José Labrador, el 'macho alfa' de la casa, con su físico cuidado, su presencia imponente y su manera directa de afrontar la vida.
Desde el principio hubo una chispa. Los mensajes por redes, las videollamadas previas al casting… sus caminos se cruzaron incluso antes de ponerse frente a las cámaras. En Gandía Shore, esa tensión se convirtió en relación: de encuentros intensos, discusiones, reconciliaciones… un tira y afloja constante. Pero no tardaron en saltar los reproches. Ylenia terminaría explicando con crudeza, fuera en platós o en entrevistas, que su vínculo con Labrador había sido fugaz. «Nos liamos tres o cuatro veces», dijo, y negó rotundamente que él hubiera sido su pareja: «Nunca ha estado enamorado de mí y nunca ha sido mi novio».
Sin embargo, lo que parecía una historia cerrada ha tomado un giro imprevisto: según ha revelado recientemente Labrador, la relación entre ambos hoy es muy distinta. En una entrevista difundida a raíz de su participación en 'La casa de los gemelos 2', reconoció que mantiene una relación cordial con Ylenia. «Yo me llevo bien con ella, la verdad. La veo muy bien, muy centrada, más que nunca», confesó con cierta dosis de ternura.
«Lo nuestro fue una relación tóxica… pero estoy agradecido y a ella le pasa igual conmigo»
Labrador asegura que le sorprendió positivamente su cambio: tras años de ausencia mediática, de polémicas públicas y de momentos oscuros, incluyendo serias controversias, denuncias y un alejamiento absoluto del foco, ella parece haber encontrado un refugio en su vida privada. Una tranquilidad que, según él, permite ver a la Ylenia más centrada de los últimos tiempos.
Cerrojazo público
Dicho distanciamiento de los platós ha sido importante: tras su primer éxito en reality shows y colaboraciones televisivas, Ylenia cerró sus perfiles públicos, se alejó de las luces, y comenzó un camino de reinvención personal difícil, marcado por sus problemas de salud, padecimientos intestinales, enfermedades crónicas, y por sus propias decisiones de privacidad.
Aun así, la conexión con Labrador demuestra que, para ellos, aquella época convulsa no significa un punto final definitivo. Él, que en su día confesó sentirse atraído desde la primera vez que la vio, asegura hoy tener «gratitud» hacia ella: una mezcla de respeto, nostalgia y reconocimiento mutuo. «Fue una relación tóxica… pero estoy agradecido y a ella le pasa igual conmigo», admitió.
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