Kate Middleton, aconsejada a decir la verdad sobre su enfermedad

El pasado 9 de enero, con motivo de su 42 cumpleaños, en la cuenta de la Familia Real en X publicaban una foto de Kate mirando al Rey el día de la coronación, con una sonrisa de ilusión, como buscando en el monarca un apoyo o una esperanza; porque en la escena no había rastro de su esposo. La foto nos recordaba que, bajo la capa de la Real Orden Victoriana con los colores de la bandera, pues no pertenece a la de la Jarretera, ni a la del Cardo, tapaba su estrés: la marquesa de Cholmondeley disfrutando de ver a uno de sus hijos llevando la capa al Rey mientras la Princesa de Gales no llevaba tiara, con lo que eso significaba. Como nos dice la doctora de medicina general en Manchester Claire Rayner, «demasiado estrés puede agravar los problemas abdominales y alguien que ha requerido, como Kate Middleton, una estancia hospitalaria de dos semanas tras una operación abdominal puede pasar varios meses hasta que la recuperación sea total».

2024 no ha empezado bien para Kate como tampoco 2023 cuando de las páginas de 'Spare' salían anécdotas familiares que no la favorecían, así como la opinión de Harry sobre su matrimonio. A principios de noviembre el Príncipe Guillermo viajaba a Singapur para entregar los premios 'Earthshot' que concede su Royal Foundation, de la que ella forma parte y siendo una de las citas internacionales más lúcidas del año, la Princesa se quedaba en casa apoyando a su hijo George que tenía un examen. Era el relato oficial que justificaba su ausencia porque mientras el heredero posaba ante los fotógrafos con la actriz Kate Blanchet, en Norfolk, a Kate Middleton la subían a un vehículo militar blindado de siete toneladas, equipado con ametralladora. Vestida con casco, chaquetón de camuflaje y unos leggings negros impropios de su estilo, la visita al cuartel Robertson no pasaba desapercibida. Mientras hablaba con un soldado, llevando su anillo de compromiso, del que nunca se desprende, reflejaba la tristeza de una esposa de futuro incierto a la que han asignado un papel no deseado.

Días después, el 11 de noviembre conocíamos que «lleva más de un año sin secretario privado», y que para ese puesto quería contratar a un antiguo asistente personal de Isabel II, Tom White, un héroe de guerra que conoce bien el funcionamiento de la Firma, según 'The Telegraph'. Una información que podría interpretarse como la firme voluntad de Kate de continuar aferrada a las reglas de esta monarquía, siguiendo en este laberinto los pasos de la difunta Reina y evitando los de su difunta suegra.

En la cena con el Presidente de Corea en Buckingham, la primera visita de un Jefe de Estado después de la coronación, lució una tiara y 'The Daily Mail' publicaba que «Kate había llegado en coche al Palacio», desvelando que había llegado sola. 'The Express' había sido más explícito el pasado 18 de agosto al titular: «El matrimonio no es tan perfecto como parece»; Tom Quinn, autor de 'Gilded Youth' (Juventud dorada), citando una fuente anónima de Kensington Palace, afirmaba que «tienen unas broncas tremendas». Y 'The Mirror' el pasado 26 de enero publicaba una información de hace años: «Kate Middleton dio un ultimátum al príncipe Guillermo tras su 'inaceptable' comportamiento». En diciembre, cuando nada hacía presagiar el ingreso hospitalario de Kate, Omid Scobie, un periodista del entorno de los Sussex, elogió el aguante de la Princesa: «Teniendo en cuenta las circunstancias en las que se encuentra, es casi imposible entender cómo lo ha conseguido porque la mayoría de los seres humanos se desmoronarían bajo ese tipo de presión». En aquella entrevista a 'E!News', un medio estadounidense, el autor de 'Endgame', en cuya edición de lengua holandesa había revelado que fueron Carlos y Kate los que habían realizado el polémico comentario tachado de racista, añadía que la Princesa «se encuentra en una situación muy delicada (…); no hay que olvidar que está al servicio de la institución».

Aunque el profesor de Derecho Constitucional de la Universidad de Kent, Tom Frost, no puede confirmarnos si los periódicos británicos tienen prohibido publicar sobre la vida privada del Príncipe Guillermo debido a una super-injunction porque «estaría cometiendo un delito y podría ser multado o encarcelado», se mantiene el pacto de la prensa con la Firma. Los periódicos reciben contenidos y a cambio secundan la política de comunicación de la monarquía. Todo esto, unido al derecho a la intimidad de la paciente, explica cómo están abordando los medios la enfermedad de Kate: transparencia informativa en torno a la salud del Rey en contraste con el vacio informativo acerca de su nuera. Este es el relato que interesa al Palacio y que perjudica a la Princesa. Para el diario de cabecera de la monarquía, 'The Times', el alta hospitalaria de la Princesa de Gales no merecía ni un titular ya que incluían que «ya estaba recuperándose en su casa de Windsor» en la noticia de la salida del Rey de la clínica. Y 'The Telegraph', otro diario conservador, iba mucho más allá criticando a la Princesa: «Lo que las diferentes salidas del hospital del Rey y Kate muestran sobre sus instintos monárquicos». En 1932, el escritor inglés Aldous Huxley predijo en su novela 'Un mundo feliz' que el aspecto más característico de la modernidad sería la falsedad.

Cuando los narcisos amarillos aún no han florecido en los parques de Inglaterra, como las flores en el jardín de Adelaide Cottage, nos acercamos a la Catedral católica de San Juan Evangelista de Manchester, que será la primera «eco-friendly» de Reino Unido cuando acaben las obras, y hablamos de Kate Middleton con el deán: ¿qué consejo le daría a Kate si está sufriendo? «Si ella estuviera sentada aquí –nos comenta Michael Jonnes-, yo le diría lo mismo que a cualquier persona: di la verdad. No importa lo difícil que te haga la vida, di la verdad». ¿Y decirle a todo el mundo lo que está ocurriendo en su matrimonio? «Di la verdad, signifique lo que signifique. Yo no sé lo qué está pasando en su matrimonio, pero si ella no está diciendo la verdad porque está intentando ocultar cosas, es tan mala como los demás. ¿Lo está haciendo para proteger a sus hijos? Podría ser… Mi consejo es siempre decir la verdad, o al menos no mentir». Parece que quieren bajar la popularidad de Kate, ¿qué le parece? «Bueno, en el momento que empiezas a intentar ocultar la verdad, estás en un camino a ninguna parte porque siempre tienes que decir la verdad, no mientas. Algunas personas a veces no dicen la verdad porque no quieren que la gente sepa cómo están viviendo, porque quizás tengan que hacer cambios». ¿Cree que esta situación va a afectar a la Familia Real? «Sí, absolutamente, si no dices la verdad y estás intentando tapar cosas, hay falta de autenticidad». Y nos despedimos de la catedral pensando en los cambios que podrá deparar el futuro.

El palacio de Kensington ha querido desmentir las informaciones que se dieron el pasado fin de semana en un plató de televisión de nuestro país. Allí, una colega, aseguró que Kate Middleton estuvo en «coma» y en «gran peligro» después de la cirugía abdominal, a la que fue sometida hace unos días.

En declaraciones al periódico británico 'The Times', fuentes oficiales aseguran que la información es «inventada» y lo consideran una «tontería total». Las afirmaciones sobre la Princesa de Gales se volvieron virales y fueron divulgadas de inmediato por casi todos los medios españoles, sin que nadie contrastase la información con fuentes oficiales. También han querido aprovechar el desmentido para aclarar que la información saliese de un ayudante de la Casa Real «de manera totalmente confidencial», algo que Palacio niega rotundamente.