Javier Rigau: «Han condenado a Andrea Piazzolla a tres años de cárcel. Ahora, vamos a quitarle la herencia»

Señalar que el 24 de enero de 2023, ocho días después del deceso de Lollobrigida, se ejecutó la apertura del testamento. De este modo, Milko Skofic y Andrea Piazzolla fueron declarados los único herederos, a partes iguales, de los bienes de la intérprete. Ahora, tras la condena a prisión del exasistente, la familia de la italiana ya estudia tomar las acciones pertinentes para quitar su parte de la herencia. «Yo participo en esta decisión», asegura Rigau. Además, nos explica que «dos tercios de la herencia han desaparecido. Sólo queda la propiedad ubicada en vía Appia Antica, en Roma, y el almacén donde tenía las esculturas». También quiere destacar que la vivienda fue secuestrada judicialmente «porque Andrea ya empezaba a realizar actos de disposición sobre la casa».

La satisfacción y felicidad de la familia llega después de más de una década de enfrentamientos entre la familia de Gina Lollobrigida y Piazzolla. Concretamente, la disputa entre Rigau y el exasistente se remonta a diciembre de 2012, cuando la actriz ya no tenía relación con su primogénito: «Antes de Navidades, él, junto a su madre, me propuso testimoniar ante un juez que yo era testigo ocular de que Milko pegaba a su progenitora y de que la insultaba gravemente». Fue entonces cuando «me giré y le dije que nunca había visto eso».

Además, Javier le dejó claro que «si me hacían ir al juez, le iba a decir que me constaba que nunca había ocurrido». Un mes después, a finales de enero de 2013, Rigau recibió una llamada de Piazzolla en la que este le pedía que viajase hasta Roma para darle una sorpresa. «Fui y lo que hicieron fue notificarme una denuncia por, supuestamente, haberme casado con Gina sin que ella lo supiera. Eso era una mamarrachada. Fui absuelto con fórmula plena».

Andrea Piazzolla llegó a la vida de Lollobrigida en 2009. En un principio, fue a «ayudar a tomar medidas para encargar marcos para unas fotografías y, desde ahí, ya no se separó nunca más». Rigau data en aquella época el comienzo del «gota a gota contra la familia. Le decía a Gina que su hijo era un sinvergüenza, que nunca la había querido y que deseaba que se muriese. También que su nieto era un drogadicto y que hacía pornografía».

Tal fue el nivel de la «manipulación» que en 2011 «se interpuso una demanda de desahucio contra Milko y Dimitri». «Piazzolla siempre ha dicho en la prensa que él no quería que Gina los desahuciase y que había mediado para que no sucediese. Y luego, en el procedimiento judicial que tuvo contra mí, dijo que era él que encargado de firmar el desahucio», asevera el empresario catalán antes de deslizar que «él filmaba a Gina haciéndole decir barbaridades contra todos para hacer ver que era un ángel y el resto demonios».

Pese a que son muchos los momentos que Javier ha vivido junto a Lollobridiga, jamás podrá borrar de la retina su última conversación, cuando la actriz permanecía ingresada en la clínica privada Pío XI, donde falleció. «Milko me llamó y acudí sin pensarlo. Al llegar, me dijeron que estaba preparada para verme, entré y el panorama que me encontré es indescriptible. Nunca he visto algo tan horripilante». «Me comentaron que estaba desnutrida, llagada, con dolores tremendos debajo del pecho... Me dijeron que le habían puesto una vía porque estaba, también, deshidratada. Y con los riñones sin funcionar», explica Rigau. Y en ese momento, fue cuando la intérprete, con una voz muy baja, «me dijo que lo sentía. Se fue haciendo las paces con todo el mundo».

Por último, Javier ha querido compartir un momento íntimo y especial junto al «amor de mi vida» que ocurrió en sus últimas horas y que jamás olvidará: «Cuando era pequeño, me hacía mucha gracia una de las escenas finales de 'Cuando llega septiembre' en la que aparecía Gina guiñando un ojo en una mesa enorme de comedor. Y consciente de ello, en nuestros inicios, me dijo 'Ese guiño, de ahora en adelante, será para ti'. Cuando fui a verla al hospital, que no podía ni hablar, me cogió la mano, me senté en los pies de la cama y la pobre mujer me hizo ese guiño. Era lo único que podía hacerme».