James Blunt acusa al periódico de Murdoch de pagar a mujeres para acostarse con famosos y conseguir información

Esta no es la primera vez que el que fuera uno de diarios más poderosos del mundo se ve envuelto en este tipo de polémicas. En 2011 Rupert Murdoch (93 años), entonces dueño del grupo de comunicación, tuvo que comparecer ante la Comisión de medios de comunicación por el escándalo de las escuchas ilegales en el que numerosos redactores llevaban desde al año 2000 consiguiendo información privilegiada de más de 4.000 personas a través de tecnología policial, presumiblemente facilitada por Scotland Yard a través de sobornos. De entre ellas se encontraban políticos, famosos, miembros de la Casa Real británica e incluso víctimas de crímenes, como la niña Milly Dowler, una adolescente británica que fue asesinada y que más tarde se descubrió que tenía pinchado su teléfono. Tras descubrirse este escándalo, sus lectores reaccionaron de manera masiva y obligaron a que los patrocinadores retirasen su publicidad del medio, causando su banca rota y posterior cierre. Una grave situación por la que el director y otros altos cargos del diario británico como la consejera delegada Rebekah Brooks (56 años) -conocida como 'la pelirroja más peligrosa de los medios de comunicación' o 'la reina de la prensa amarilla' o el famoso periodista y editor Andy Coulson (56), fueron detenidos y tuvieron que sentarse en el banquillo de los acusados por «conspiración para interceptar comunicaciones» y «corrupción».

Durante la entrevista, James Blunt hizo hincapié en el famoso caso de la fallecida actriz Carrie Fisher, conocida por su papel de la princesa Leia en la saga de 'Star Wars'. El intérprete de temas como 'You're Beautiful' o 'Goodbye My Lover' recordó la presión que sufrió durante toda su vida la estadounidense como mujer que había triunfado dentro del mundo del entretenimiento. Fueron numerosas las ocasiones en las que la actriz denunció que a lo largo de su carrera artística había sufrido presión por parte de los productores para mantenerse joven y delgada. Una coacción que le llevaron a caer en el mundo del alcohol y las drogas, obsesionada por mantener la belleza y juventud eternas. «Estoy en un negocio donde lo único que importa es el peso y la apariencia. Esto está hecho un desastre. '¡No comas y haz más ejercicio!', me decían. Pero a mi me costaba mucho», reconoció la actriz en una entrevista concedida en 2015, justo un año antes de morir de forma repentina tras sufrir un paro cardíaco mientras volaba de Londres a Los Ángeles. «Sentía mucha presión y comenzó a consumir drogas de nuevo. Cuando se subió a ese avión ya se había matado a sí misma», relató el cantante en su libro. Durante la entrevista, Blunt aprovechó para denunciar el privilegio que tienen los hombres que trabajan en cine y televisión, a los que se les permite envejecer, frente a sus compañeras de profesión.