Íñigo Onieva se topa con el difícil arte de controlar las reseñas de su restaurante

Es obvio que Íñigo Onieva domina las reglas de su labor empresarial. No parece mala idea en absoluto abrir un restaurante en una zona exclusiva de Madrid y tener a la jet madrileña como público objetivo. Tampoco está mal tirado que la cocina propuesta tire hacia lo tradicional, sin complicarse la vida. Y con su inauguración, con la presencia de Tamara Falcó, su mujer, y la mismísima Isabel Preysler, su suegra, atrajo la atención de los medios. Pero luego está el día a día…

Por mucho que te llames Íñigo Onieva, no hay manera de sacar adelante un restaurante nuevo si no es con el beneplácito del cliente, y en estos tiempos el equivalente viene a ser contar con reseñas positivas en Google. Y otro añadido, a más estrellas, mejor trato del buscador y mejor posicionamiento en web.

Por eso, Casa Salesas (es decir, Íñigo Onieva) se ha lanzado a la caza de las reseñas positivas cuando apenas lleva unos pocos días abierto... y se le ha ido la mano. Sin haber abierto siquiera al público, el restaurante ya estaba lleno de las codiciadas cinco estrellas en Google. Y después, también.

Su madre, Carolina Molas, fue una de las primeras en reseñar con cinco estrellas el negocio de su hijo. Y qué va a decir la mujer… «Un lugar súper acogedor con una comida riquísima y un servicio muy atento, todo a muy buen precio además. Me encanta que se pueda ir tanto a desayunar como a tomar un café, como a una comida de trabajo o de diversión y cena con música. Tienes para elegir», escribía la empresaria.

Y añadía que lo «más bonito» es «la participación de los comercios del barrio en muchísimos de los artículos del restaurante, como los uniformes de los camareros, los jabones del baño, etc». ¡Cualquiera hubiera dicho que le han escrito la reseña! Por supuesto, la casa se deshizo en agradecimientos y emitió una de esas respuestas que tanto estima Google: «¡Muchas Gracias por tu valoración! Nos encanta haceros sentir como en vuestra segunda casa».

Otros de los nombres destacados en el ranking de reseñas positivas es el de Enrique Eguiraun, buen amigo de Onieva, que también (cómo no) pone las preceptivas cinco estrellas en el restaurante del marido de Tamara Falcó. El empresario (o eres esto o eres abogado en el círculo de Onieva) destaca una experiencia que califica como «espectacular». Y recomienda «la tortilla, el risotto trufado y las carnes».

Pero donde se les fue la mano de verdad fue cuando el propio Íñigo Onieva se dio cinco estrellas a sí mismo. Nada ilegal, pero poco decoroso. Lo maravilloso fue la respuesta del restaurante: «Muchas gracias por tu valoración, Íñigo!».

Sí es cierto que junto al clamor en el 'círculo interno' del marido de Tamara Falcó también hay reseñas positivas de clientes 'independientes', pero estas conviven con otro buen número de reseñas negativas. Su media de tres estrellas y media es bastante discreta, y más para un restaurante que se ubica en una zona con tanta competencia y excelencia.

«Todo habría sido perfecto si no fuera porque te clavan 17€ por el pan (3 personas) y pides un brugal con coca cola y te lo cobran a 20€ poniéndote un reserva sin haberlo pedido. Una tomadura de pelo el reírse así de los clientes», decía uno de los clientes.

Esta opinión contrasta con una posterior que dice: «No nos pareció caro, pues la calidad de los productos y el ambiente en general estaba muy bien». Con todo, la joya de esta reseña viene en su parte final: «Me acabo de enterar que es de una persona conocida, perdonad, no sé ni quien es».