Huir, salir de fiesta, escapar de la prensa... el viaje más misterioso de Marius Borg

Situado a apenas unas manzanas del Castillo de Rosenborg, en el centro de Copenhague, este alojamiento está también junto a una famosa discoteca. Concretamente, de Søpavillonen, una de las más exclusivas de la capital. Es por eso que los medios daneses y noruegos especulan que Marius Borg habría viajado hasta Copenhague para salir de fiesta, ya que en Oslo están todos los ojos puestos en él. Lo cual también justificaría su aparente cambio de imagen, con pelo oscuro y bigote que poco tienen que ver con el chico rubio platino que se reconoce fácilmente.

Además, según publica 'Se og Hør', en su club favorito de Oslo (llamado Michaels) le han prohibido la entrada, algo que el director de la discoteca no ha querido confirmar. Por lo tanto, según el mencionado medio podría estar buscando «nuevos pastos» en los que disfrutar de su pasión por la noche. Sin tener en cuenta cómo empeora aún más su imagen en medio de la investigación.

Pero hay otra opción todavía más condenatoria. Según el mencionado medio, la policía quiso hablar con Marius después de conocer nuevas pruebas que le incriminaban. El hijo de Mette-Marit habría dicho que no y habría tomado la decisión de «escaparse» a Copenhague. Allí estuvo acompañado de un amigo que actuaba como guardaespaldas, de quien no se separó en ningún momento. Este viaje recuerda al que hizo al comienzo de este escándalo. Cuando fue acusado por primera vez el pasado mes de agosto aprovechó la coyuntura para hacer un viaje a Italia en medio del ruido mediático.

Desde entonces hasta ahora también se han conocido varios traslados a Londres, aunque aquello no era con fines recreativos. En la capital británica Marius Borg recibió un tratamiento con el que superar las adicciones que él mismo había admitido cuando saltó el escándalo. Ingresó a principios de noviembre, acompañado por Haakon de Noruega, pero solo un mes después se «escapó» e intentó incluso quebrantar la orden de alejamiento impuesta para proteger a sus supuestas víctimas, tal y como informaron los medios. En enero volvió a entrar al tratamiento y volvió a Noruega solo unos días después con una nueva pareja.

Mientras tanto, Mette-Marit sufre una recaída de su enfermedad y se encuentra actualmente de baja. Hace aproximadamente un mes se conoció que la Princesa noruega estaba empeorando a pasos agigantados de la fibrosis quística que le fue diagnosticada hace algunos años. Este mismo miércoles la Casa Real informó de que la mujer del Príncipe Haakon pasará dos semanas de reposo para intentar recuperarse. Sin duda, no puede estar ayudando a su bienestar el conocer las noticias que se publican día sí y día también sobre su hijo.