Hugh Grant se duerme en Wimbledon y se vuelve viral... con la Reina Camilla de testigo

El protagonista de 'Notting Hill' acudió a la cita acompañado de su mujer, la productora sueca Anna Elisabet Eberstein, con quien se sentó justo detrás de la Reina Camila de Inglaterra. Fue durante la jornada de los cuartos de final en la que se enfrentaban Novak Djokovic y Flavio Cobolli, que el artista fue captado aparentemente dormido en pleno partido.

Fue durante el tie break del primer set cuando las cámaras de televisión enfocaron la zona noble de la grada y mostraron a Grant con la cabeza inclinada, gafas de sol puestas y un gesto relajado que delató su breve siesta. La imagen no tardó en inundar redes sociales y convertirse en uno de los momentos más comentados del día.

Durante la retransmisión del partido, John McEnroe, comentarista de ESPN, no pudo contener la broma: «¿Está con nosotros? Creo que le vendría bien un poco de café», comentó entre risas. Su compañero Chris Fowler respondió en el mismo tono: «Es un desempate, díselo. ¡Queda mucho por hacer!».

Los usuarios de las redes sociales tampoco se hicieron esperar y en cuestión de minutos surgieron diversos memes con la anecdótica siesta. «Hay gente haciendo fila desde las tres de la mañana para ver el partido y Hugh Grant se queda dormido en el tie break. Es de película», escribió un internauta. En tanto, otros usuarios celebraron la naturalidad de la escena.

Minutos antes del curioso momento, Grant y la reina Camilla habían intercambiado un cordial saludo. Ambos conversaron de forma cercana antes de que comenzara el partido, y durante el encuentro se les vio charlar en varias ocasiones. Lejos de incomodarse, la reina mantuvo su habitual compostura y siguió disfrutando del tenis mientras el actor recuperaba la postura.

Tras la anécdota, Grant continuó atento al duelo, charlando con su esposa y aplaudiendo las jugadas decisivas. El momento, aunque breve, ya forma parte de la galería de imágenes insólitas que deja cada edición de Wimbledon, un torneo donde tradición, etiqueta y protocolo conviven, a veces, con escenas tan inesperadas como la siesta del actor.