La historia desconocida de Al Pacino: «Mi madre me alejó de la heroína y la violencia»

En uno de los capítulos más conmovedores de sus memorias, Pacino recuerda un momento crucial: «Tenía 52 años cuando, al mirarme en el espejo, me pregunté a quién debería agradecer si alguna vez subía a un escenario a recibir un premio. Me di cuenta de que no estaría aquí sin mi madre», escribe. Su madre, que siempre estuvo al tanto de sus movimientos, fue quien lo rescató de la decadencia que lo rodeaba en su juventud.

Criado en el Bronx, un barrio conocido por su dureza y la prevalencia del crimen, Pacino estuvo expuesto a múltiples peligros desde temprana edad. El actor detalla en su libro cómo perdió a tres amigos cercanos a causa de la heroína, una droga que él mismo estuvo tentado a probar. «No estaba bajo una estricta vigilancia, pero mi madre tenía un ojo en cada paso que daba», confiesa Pacino. «Ella fue quien me mantuvo con vida».

Al Pacino asegura que su madre no solo fue un refugio emocional, sino también la brújula que lo dirigió hacia un futuro mejor. «Ella siempre tuvo fe en mí, incluso cuando yo mismo la había perdido. Sin su amor y su cuidado, mi historia habría sido muy diferente», reflexiona el actor, quien ha sido recientemente padre.

El relato de Pacino resuena no solo como un homenaje personal a la mujer que evitó que su vida se descarrilara, sino también como un recordatorio del papel crucial que las figuras maternas pueden desempeñar en el destino de sus hijos. El actor deja claro que detrás de cada éxito, detrás de cada actuación que lo ha consagrado como uno de los grandes de la pantalla, está el sacrificio y la devoción de una madre que nunca dejó de creer en él.

En la cumbre de su carrera, con premios y reconocimientos que incluyen un Oscar, Al Pacino sigue agradeciendo, no a la suerte o al talento, sino al amor inquebrantable de su madre, que lo rescató de la oscuridad cuando más lo necesitaba.