Giorgia Meloni paga la cuenta de cuatro italianos que se fueron sin pagar de un restaurante albanés

El importe a pagar era de 8.451 lek, unos 80 euros; en la práctica, 20 euros por persona, explicó el restaurador: «Nunca nos sucedió algo parecido; esperamos que hagan una cosa buena con ese dinero», dijo el propietario del restaurante de Berat, ciudad milenaria, Patrimonio de la Humanidad de la Unesco, de 66.000 habitantes, a 100 kilómetros de la capital Tirana.

Al estallar el caso, con enorme repercusión en los medios albaneses e italianos, la primera ministra italiana se encontraba de vacaciones con la familia en Albania, huésped del primer ministro, Edi Rama, socialista, con el que mantiene una excelente relación. En declaraciones a los medios italianos, el primer ministro Rama explicó que, durante el encuentro con Giorgia Meloni en Vlora, contó el episodio del grupo de italianos que se escapó del restaurante sin pagar la cuenta. «Todo el mundo empezó a reir», precisó Edi Rama, mientras Meloni puso mala cara y le ordenó al embajador: «¡Ve y paga la cuenta de estos imbéciles inmediatamente, por favor, y haz un comunicado! Italia no puede perder el respeto en el extranjero». Esta fue la nota de la embajada:

«Por indicación de la primera ministra, Giorgia Meloni, procedimos a saldar la cuenta que un grupo de turistas italianos dejó sin pagar en un restaurante de la ciudad de Berat. Los italianos - continúa el comunicado de prensa - respetan las reglas y pagan sus deudas y esperamos que episodios de este tipo no se repitan».

De inmediato, la oposición creó polémica, haciendo notar que para Meloni es fácil resolver un problema con dinero público. Riccardo Magi, conocido diputado de izquierda, manifestó: «¿Estás de vacaciones y te apetece escaparte de un restaurante sin pagar? No hay problema, lo paga Meloni. La última increíble hazaña patriótica de nuestro Gobierno es esta: unos italianos de vacaciones en Berat, salen sin pagar una cena. Meloni la paga con el dinero de los contribuyentes». Para aplacar la polémica, la embajada italiana en Tirana aclaró en un segundo comunicado: «La cuenta del restaurante fue liquidada con fondos personales de la presidenta Meloni, a través de la Embajada, que se limitó a realizar el pago físicamente».

Después de las polémicas de algunos partidos de la oposición, que acusaron a Giorgia Meloni de populismo, la primera ministra contó hoy los detalles de la historia, expresando su vergüenza por el caso: «Me he avergonzado, porque la Italia que quiero representar no es una Nación que hace hablar de sí en el extranjero por estas cosas, que no respeta el trabajo de los demás, que piensa que es divertido engañar a los demás. Así que decidí pedirle al embajador que fuera a saldar la cuenta, que he pagado personalmente. Nada de particular, de hecho ni siquiera di la noticia».

Giorgia Meloni concluye su post en las redes sociales atacando a la oposición: «Sin embargo, incluso esto ha creado polémica en Italia, por parte de una oposición que evidentemente prefiere otra imagen de Italia. Lo siento porque esperaba que al menos en una cosa tan banal todos pudiéramos estar de acuerdo», concluye el post de Meloni.

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Cabe destacar que en este año los italianos han 'invadido' Albania. A causa de los altos precios en el país transalpino, muchos italianos se han quedado durante el verano en casa o han pasado sus vacaciones en Montenegro, Egipto, España y, sobre todo, en Albania. Medio millón de italianos han viajado en las vacaciones veraniegas al País de las Águilas, así llamado por estar rodeada de altas montañas cubiertas de densos bosques, siendo ideal para la anidación de las águilas reales. El diario La Repubblica explicaba así la preferencia de los italianos por Albania: Son las «Maldivas de Europa», un país lleno de turistas por sus precios bajos y playas no contaminadas. El propio primer ministro albanés, Edi Rama, ha llegado a comentar hace unos días, con cierta ironía, que ahora entre Italia y Albania se está produciendo un «éxodo al revés». De esta forma Rama recordó el desembarco del 8 de agosto 1991 de la nave Vlora en Bari (Apulia), con 18.000 albaneses que huían, apiñados a bordo de un viejo y destartalado barco, con la esperanza de encontrar un futuro mejor en Italia.