Así es 'El Canto de la Cruz', la finca donde celebran su boda Almeida y Teresa Urquijo

Con 25 hectáreas de terreno y una impresionante vista a Madrid, la abuela de la novia disfruta allí de la cría de caballos pura sangre

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A. B. Buendía

Madrid

El enlace de José Luis Martínez-Almeida con Teresa Urquijo no va a ser uno más y por eso muchos se atreven a calificarla ya, todavía en primavera, como la boda del año. Por eso interesa todo, incluido el lugar donde ... todos celebrarán el 'sí, quiero' que poco antes se darán en la iglesia madrileña de San Francisco de Borja, en Madrid.

Y ese emplazamiento no será otro que la finca El Canto de la Cruz, propiedad de la familia de Teresa Urquijo, de la que cada vez se saben más detalles. Edificada en 1991, posee todas las comodidades modernas junto con ese aire rústico y campestre que tanto le gusta a la familia de la novia.

Propiedad de los abuelos de Teresa Urquijo

Está situada en la localidad madrileña de Colmenar Viejo, a unos 30 km de la capital, por lo que el desplazamiento tras el 'sí, quiero' puede realizarse en muy poco tiempo. Es propiedad de Íñigo Moreno de Arteaga y Teresa de Borbón-Dos Sicilias y Borbón-Parma, los abuelos de la novia.

Su abuela materna es hermana del anterior duque de Calabria y prima de Don Juan Carlos. Por lo tanto, se puede decir que es una «finca aristocrática». Sus abuelos siguen residiendo allí y por descontado que están encantados y emocionados de ser los anfitriones de la boda de su nieta.

Equitación y grandes vistas

En la finca El Canto de la Cruz, la abuela de Teresa Urquijo disfruta de su gran afición, como es la cría de caballos pura sangre con su Yeguada Flor de Lis. De hecho, cuando se construyó inicialmente la finca, no contaba con una casa que sirviera como vivienda, pero esta se levantó cuando el matrimonio decidió construir estancias que pudieran cobijar a la yeguada de la abuela de la novia. Además, está equipada con instalaciones de alto rendimiento e incluso se celebran relevantes concursos de equitación.

En concreto, la masía cuenta a lo largo de sus 25 hectáreas de dimensión con varias edificaciones más un cuidado terreno al aire libre con vistas a la capital, que es donde previsiblemente tenga lugar la mayor parte de la velada. Es algo que sin duda enamoró a Martínez-Almeida. No tendrá (de momento) la despedida de soltero que quería, pero nadie puede dudar de que su boda sí será de ensueño.

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