Federico X se marcha de viaje privado con su madre convaleciente en el hospital

«He hablado con ella y parecía estar bien», comentaba con cierta desgana Federico X de Dinamarca para reflejar implícitamente que no había ido al hospital a ver a su madre después de que esta sufriera una caída en el castillo de Fredensborg.

La monarca, de 84 años y con un estado de movilidad delicado, preocupaba a todo un país, si bien la Casa Real se apresuraba que todo estaba bajo control y que permanecía en observación a la espera de conocer su evolución. No obstante, existían versiones muy divergentes: mientras unos hablaban de «accidente leve», otros alertaban sobre el estado delicado de la monarca y las consecuencias de esta caída, tanto personales como institucionales.

Mientras tanto, Federico de Dinamarca proseguía con su agenda y ese mismo día aparecía en un acto oficial ya programado en el que recibía a los embajadores destinados en el país. «Esto tiene lugar en una recepción especial, donde el nuevo embajador presenta al Rey sus cartas credenciales en un sobre cerrado. Sólo entonces un embajador podrá desempeñar su trabajo en Dinamarca», defendía la Casa Real. Evidentemente, el monarca se veía a responder a las preguntas sobre su madre.

Pese a la evolución que parece que está teniendo la reina emérita, la prensa danesa ha alertado sobre el estado delicado de la monarca y las consecuencias que esta caída suponen para el rey Federico. El hijo mayor de la reina emérita acaba de tomar una decisión, confirmada por palacio, que «resulta del todo escandalosa», dice la prensa. Mientras su madre sigue ingresada y convaleciente, Federico de marcha de Dinamarca.

La sorpresa ha llegado al conocer la última decisión de Federico de Dinamarca. Lo ha adelantado el diario «Ekstra Bladet» tras confirmarlo con fuentes de Palacio: «El monarca abandona Dinamarca inmediatamente para ejecutar un viaje privado al extranjero». Efectivamente, Federico se marcha fuera del país mientras su madre sigue convaleciente.

La decisión ha generado una oleada de críticas en la prensa y en la opinión pública del pueblo danés por dos razones. Primero está el asunto personal, pues deja a su octogenaria madre convaleciente en el hospital. Y en segundo lugar está el apartado institucional: cuando el monarca se marcha de Dinamarca, es la reina emérita quien asume las funciones de representación. Y no parece que Margarita esté para mucho en estos momentos.

Se desconoce por el momento el destino que tiene tan ocupado a Federico y ni siquiera se sabe si la reina Mary será su acompañante. Lo único que ha confirmado el equipo de comunicación de la Casa Real danesa es que el rey estará este fin de semana fuera de Dinamarca por «un asunto privado».

No es la primera vez -ni parece que vaya a ser la última- que Federico solivianta a su pueblo con motivo de su agenda, ya sea por acción u omisión; es decir, por su ausencia en compromisos institucionales o personales o por la notable cantidad de viajes privados sin demasiada explicación. Como este último. Sin embargo, lo que nunca había ocurrido es que se ausentara mientras la Reina emérita se encontraba ingresada tras una aparatosa caída.