El exilio voluntario de Rafael Amargo: en Buenos Aires, donde tiene trabajo y le «quieren más»

El programa «Fiesta» habló con Rafael Amargo, quien volcó todo el rencor que arrastra desde que los tribunales le absolvieran después de desestimarse los procedimientos de la acusación, incluidas una escuchas telefónicas. «No se cumplían las exigencias mínimas que habilitan para acordar la intromisión en el derecho al secreto de las comunicaciones», explicó el tribunal. El artista ha desvelado que está viviendo en Argentina porque allí sí le siguen ofreciendo proyectos.

«Mi padre me ha dado lo que me ha hecho falta. He tenido que vender todo. Tengo el 90% de mis clientes en el extranjero y no podía ir. Ahora vivo en Buenos Aires. Allí soy el Rafael Amargo que siempre fui», ha asegurado.

A Rafael Amargo le quitaron el pasaporte para evitar que se fugase tras ser acusado de tráfico de drogas y tras la absolución intentó recuperar la normalidad, aunque advierte que su imagen ha quedado manchada para siempre. Por eso se ha visto obligado a buscar trabajo fuera de España. «Me voy a Argentina, que allí me quieren más», le ha contado a Emma García.

Rafael Amargo entró en prisión en noviembre de 2023 y ha relatado cómo fue su vida allí. «Después de la Navidad, que para mí fue muy dura, quería cambiarme de módulo y no quisieron. Entonces me puse en huelga de hambre y perdí 10 kilos. Yo me aclimaté», ha explicado.

El bailaor aprovechó su encierro para formarse y para escribir un libro que supuestamente va a convertirse en un proyecto cinematográfico. No son sus memorias, según aclara, sino que es una obra de ficción que quería escribir casi como terapia.

«Terminé el Máster de Drogodependencia, el Máster de Gestión de Museos y he escrito un libro. Si no hubiera estado en la cárcel, todo eso no lo hubiera hecho porque ahí estás sin teléfonos. He dejado atrás a amigos y he hecho algunos nuevos», ha añadido.

Emma García le recordó que entró en prisión por no presentarse en el juzgado a firmar cuando le correspondía, algo que ha asumido como un error. «Entiendo y lo acepto porque es un fallo mío, lo acepto. El abogado, Marcos García Montes, me ha ayudado mucho, me ha ayudado a estar sano. Venías de un problema y cuando una persona no está bien, está enferma. Ahí ha estado Marcos. Yo venía asustado de los abogados anteriores y ahí estaba él. Él era muy inteligente», ha contado.

Para Rafael Amargo, una de las cosas más tristes ha sido ver el sufrimiento de su familia: «Mi padre estaba a punto de fallecer y me dijo: 'Hijo, no me muero hasta que te vea feliz'. Es que no entiendo tanta maldad, ¿qué trabajo hay ahí? Es toda una historia que yo creo que alguien debería ponerme en el sitio donde estaba. Todo estaba pensado con una mala leche que no se por qué».

Para finalizar, el artista ha respondido a su adicción a las drogas, que ha vinculado al pasado. «Hace siete años, no es ahora. Yo tengo ya 49, no tengo edad para eso», ha zanjado.