NUEVO PROYECTO
Eugenia Martínez de Irujo: «Estoy en el mejor momento de mi vida»
Solo acepta proyectos en los que pueda poner color. Hablamos de su nueva colección de vajillas y de lo bien que se complementa con su pareja Narcís
Eugenia durante la presentación de Eugenia&Sushita
Lo tenía difícil porque el apellido pesa pero al final Eugenia ha conseguido convertir su nombre en más que una firma. De marcada personalidad y convencida de que se encuentra en el mejor momento de su vida, Eugenia, a secas, se lanza al diseño ... de unas vajillas con las que celebrar la vida.
—Esta semana la ha tenido intensa con las ventas de sus vajillas Eugenia&Sushita junto a su socia Sandra Segimón. ¿De dónde viene esta unión?
—Cuando terminó la pandemia presenté una exposición a beneficio de la Fundación Querer que preside Pilar García de la Granja y allí fue cuando Sandra Segimón vio mi pintura. Pasado un tiempo me ofreció hacer las vajillas y me pareció la bomba porque sabes que soy una apasionada de las mesas bonitas y la decoración. Comencé con una colección de flores y animales y lo mezclamos con vajillas que compramos muy exclusivas en Francia. Ahora hemos recuperado un dibujo antiguo que nos han hecho en la cerámica del Puente del Arzobispo. La idea es tener un abanico amplio porque el proyecto es servir al sector de la hostelería además de particulares y estoy feliz de tener como clientes a unos restaurantes de Sevilla, ciudad que adoro.
—No sólo pone su creatividad sino que también figura como socia de este proyecto.
—Sí pero yo de números ni idea. Mi labor es la parte más creativa porque detesto los números.
—Eugenia ya es una marca. De joyas, vajillas, papelería, decoración…
—Siempre diré que sí a las ofertas que me gusten y pueda llenarlas de color. Evidentemente lo que no me interesa no lo haré porque sabes que soy un poco especialita para mis cosas.
—¿Es muy ama de casa?
—Sí. Aunque me veas en muchos sitios soy muy casera y siempre que no tenga un compromiso disfruto quedándome en mi casita.
—¿Cocinitas?
—Bueno eso ya no. Disfruto colocando una mesa bonita. Me gusta recibir y organizar reuniones de un máximo ocho personas porque es ahí cuando me deleito con los detalles y hago mezclas de colores. Pero lo de cocinar la verdad es que no.
—¿Cómo es su mesa perfecta?
-Una mesa ideal, si es de noche por supuesto con velas, flores imprescindibles y amigos con mucho sentido del humor. Los aburridos que se queden en casa. Tengo claro que vivimos una vez y no quiero perder el tiempo con cenizos.
—La verdad es que puede sentirse orgullosa del momento que vive. Se la ve radiante y más feliz que nunca.
—Por supuesto que estoy en el mejor momento de mi vida. Antes tenía muchos picos de subidas y bajadas, pero reconozco que llevo mucho tiempo así de bien y hay veces que me da hasta miedo pensar que las cosas puedan cambiar. Te aseguro que este momento no lo cambio por ninguno. Lo paso genial, me siento bien, contenta, no paro de reírme, tengo proyectos que me llenan…
—Dicen que cuando uno se encuentra bien atrae lo bueno a su vida.
—Creo en las energías y por eso lo negativo también atrae lo malo.
—¿En esa receta de vida cuánto tiene que ver su pareja Narcís Rebollo?
—Mucho. Narcís es una monada. Reconozco que he tenido mucha suerte en encontrarle. Nos complementamos perfectamente. Nos reímos, apoyamos. Me encanta su mundo.
—No lo dudo y menos después de verles tan sonrientes y enamorados en el viaje que acaban de hacer a Colombia.
—Es que Narcís tiene una cara graciosísima y no veas que golpes suelta y eso que parece muy calladito.
—¿Qué les ha funcionado?
—Cada persona es un mundo y las relaciones son diferentes. Lo bueno de Narcís es que es un hombre fácil que sabe acoplarse a todo. Mi familia le adora. Lo cierto es que se me cae la baba cuando hablo de él. Además, le admiro muchísimo, es la bomba.
—Su hija Cayetana también se la ve muy enamorada de su novio Manuel Vega ¿Le haría ilusión una boda temprana?
—Para nada. Le aconsejo que viva la vida y se case tarde. Esas bodas tempranas son de la época de mi madre. Me encanta verla feliz y reconozco que yo también he sido muy noviera desde joven. No me gustaba la soledad aunque te aseguro que cuando descubrí lo que era estar sola confieso fue una época genial que me lo pasé bomba y no te niego que a veces se echa de menos (risas).
—No puedo dejar de acordarme de su madre la duquesa de Alba que estará disfrutando de verla por fin tan feliz.
—Me acuerdo mucho de ella y la tengo muy presente porque sé que está conmigo en todas partes.
—¿Cómo se preparan las Navidades?
—No tengo mucho espíritu navideño. Supongo la Nochebuena como siempre todos juntos en el palacio de Liria y el Fin de Año nos iremos al campo tranquilamente.
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