El espíritu de Michael Jackson fue crucial para la venta de la mansión en la que murió, según un agente inmobiliario

La casa unifamiliar, que en realidad parecía un castillo, estaba situada en la calle North Carolwood Drive, en el barrio de Holmby Hills de Bel-Air y, de hecho, se convirtió tras su muerte en uno de los puntos a los que sus fans querían acudir para rendirle homenaje. Tenía unos 1.600 metros cuadrados y un curioso estilo y contaba, entre otras estancias, con siete dormitorios, trece baños y sala de cine o gimnasio con spa. La venta se cerró por 18,2 millones de euros.

Ahora, el prestigioso agente inmobiliario que vendió la finca asegura en su libro 'The Dealmaker: cómo tener éxito en los negocios y en la vida a través de la dedicación, la determinación y la disrupción', que la casa se pudo vender gracias a una curiosa ayuda. Mauricio Umansky está especializado en casas de lujo y ahora ha contado una interioridad profesional, como mínimo, chocante.

Según defiende en el libro, que ha salido a la luz recientemente, el espíritu del cantante le ayudó a cerrar el trato y da explicaciones de ello. Y es que Umansky explica que estuvo rezándole para que le ayudara en la venta de la residencia en la que le encontraron muerto el 25 de junio de 2009.

El agente ha llegado a asegurar que la propiedad, que consiguió vender en 2012, estaba encantada con la difunta estrella del pop, tal y como relató en una entrevista en TMZ. Según relata, en dos ocasiones cerró la casa con llave y cuando regresó a ella uno de sus cuartos estaba con la ventana abierta y música sonando a todo volumen.

«Yo nunca había creído en estas historias, pero hay algo que me hizo abrir los ojos», relata en la breve entrevista para el portal, en la que explica que, como agente de venta inmobiliaria siempre se asegura de que cuando visita o enseña una finca en venta queda cerrada y con las luces apagadas y que, por ese motivo, quedó en 'shock' al ver que había algo distinto a la última vez que había pisado la finca. No había nadie en la casa ni nadie más tenía las llaves, asegura.

Por ese mismo motivo, reitera, abandonó la casa de la misma manera que lo había hecho el día anterior, revisando que lo hubiera dejado todo correctamente cerrado, y cuando regresó el día siguiente se encontró con la misma escena. «No me lo quería creer por eso lo hice», comenta.

Umansky da más alas a su teoría. Así, desvela que llegó a enseñar la casa a un interesado en su compra pero que tenía dudas porque explicaba que un candelabro roto le había dado mal fario. Por ese motivo, el agente, desesperado, acabó mirando al cielo y gritándole «Michael, ayuda». 

El agente asegura que acabó rezando un Ave María al cantante para clamar por su ayuda. Poco después se cerró la venta y de aquí a que el comercial atribuya la operación al espíritu del Rey del Pop.