De Enrique Ponce a Isabel Pantoja: lo que pedimos a los Reyes Magos para los famosos

Así, que todos sigan los pasos de los miembros de la Casa de Alba, en la que Cayetano y Eugenia han dejado atrás las acusaciones mutuas y han posado juntos recibiendo el Año Nuevo como buenos hermanos. Ya lo cantaban 'los payasos de la tele': «No hay nada más lindo que la familia unida». Claro que nosotros disfrutamos de un conflicto tanto como un niño con un caramelo, pero estamos dispuestos a sacrificar 'clickbaits' por la felicidad de nuestras 'celebrities'.

Nos gustaría que Terelu recupere la sonrisa y deje ese rictus de amargura con el que huye de los paparazzi cuando le preguntan por su yerno. ¿Que actúa como un macarra cuando acude a un plató? Sí. Pero qué bonito es el amor, exclusivas mediante, y Carlo Constanzia y Alejandra serán libres de vivir su romance desde el próximo mes de marzo, cuando el novio ya no tenga que dormir en prisión. Una boda sería el colofón, tanto para la pareja como para ese documental que están grabando para dar a conocer sus vidas mientras se quejan de todo lo que sufren porque se habla de sus vidas. Ay, las paradojas de nuestros famosos, lo que dan de sí: como la de Carmen Borrego, que vive más pendiente de su papada que de su hijo mientras lamenta que su hijo le dé más disgustos que su papada. José María Almoguera ha despedido el año con un abrazo a su madre, con la que tiene 'una conversación pendiente'. La tendrán cara a cara o desde las portadas de 'Lecturas'? Solo pedimos que llegue con un final feliz.

Bárbara Rey también merece un descanso. La pobre lleva 30 años sufriendo en silencio por su relación con Juan Carlos I. Bueno, quien dice en silencio dice soltando poco a poco, cheque por delante, pildoritas de un romance con el que chantajeó al jefe de Estado con el supuesto apoyo de su hijo, Ángel Cristo Jr, quien al parecer aprovechó aquella aventura para chantajear a su madre. Ya saben, los hijos acaban reproduciendo aquello que ven y viven en casa. Deseamos que Bárbara suelte todo lo que guarda sobre su hijo y acabe de una vez por todas con los fantasmas de una familia que sigue montando el circo.

Si hay un clan que lo ha pasado mal y más que carbón necesita cariño es el de los Pantoja. Que la matriarca, Isabel, venda al fin Cantora y conviertan la finca en un parque temático con visitas guiadas, como las que la tonadillera tiene previstas para recaudar con su nuevo piso en Madrid. Si la Pantoja encontrara un nuevo amor, el 2025 obraría un milagro. Ahora bien, tamaño notición quedaría opacado si Kiko Rivera volviera al redil perdonando a su madre, Isa Pi la nombrara madrina de su segundo hijo y Anabel recuperase su trabajo en las giras de su tía.

Esta carta quiere ser un canto al amor. Por eso os pedimos que nos permitáis descubrir al primer novio oficial de la Princesa de Asturias, que tantos titulares nos ha dado en su periplo por los ejércitos donde se prepara siguiendo los pasos de su padre, el Rey Felipe VI. Y ahora que Meghan Markle ha recuperado su cuenta de Instagram para mostrarnos su día a día, os pedimos que junto a Harry consiga que los Windsor se reúnan en Buckinghan Palace (aunque esté patas arriba por las obras) entre risas y abrazos en lugar de cuchilladas por la espalda: queremos una foto de los Sussex junto a los Príncipes de Gales sellando la paz bajo la atenta mirada de Carlos III y Camila.

Si hemos recibido el año con el vestido de leche materna de Cristina Pedroche, ¿por qué no despedirlo con un diseño realizado con la placenta del retoño que espera con Dabiz Muñoz? Se cerraría el círculo. Y puestos a pedir más niños, que falta nos hacen viendo los bajos índices de natalidad, celebraríamos que, coincidiendo con su boda, Enrique Ponce y Ana Soria nos dieran la buena nueva. Ya puestos, otro para Teresa Urquijo y Martínez-Almeida, que queremos ver al alcalde presumiendo de hacer feliz a su esposa con románticos gestos como cambiar el pañal al bebé. ¿No me digan que no es más bonito que recoger el tendedero?

Ay, queridos Reyes Magos, sabemos que en este mundo las buenas noticias no son noticia, pero nos sacrificamos solo por ver cómo se enamoran, se casan o dan a luz nuestros protagonistas. Pero que sus lágrimas, desamores y conflictos nos permitan descubrir que 'los famosos también lloran'. Que son humanos a pesar de todo.