Pataky, vikinga de aquí mismo

Pataky gusta, Pataky funciona. Ha estado un tiempo en Hollywood como sin estar, más o menos como aquí. Reside en el extranjero, pero es la nacional que nunca perdemos de vista. Ha prosperado única como rubia tentación que no vive arriba, sino en todas las portadas. Ha llegado muy lejos siendo la misma que era hace unos años, sólo que ahora con hermosura afilada, y una cátedra en enseñar de frente el escote de la espalda.

Va cumpliendo ya unos años, sí, pero igual da, porque Elsa sigue radiante como el oro y la fichan las firmas nacionales, o internacionales, para cumplir de musa de esplendor, anunciando corseterías de cabaret. Lo que pasa con Elsa Pataky es que se nos hizo extranjera. Quiero decir que es una monada nacional que tiene consorte extranjero, Chris Hemsworth, y ya pocas veces le echamos el lazo por aquí a tan emocionante criatura, salvo que venga de bisnes.

Estamos ante un caso de chica donde va antes la belleza que el currículo, si nos ponemos muy serios. Y ahí está su mérito, porque desde un publireportaje playero, hace siglos, se nos ha plantado en el telediario. Pataky es una rubia sin película, y una portada porque sí. Tiene largo mérito, ya digo, porque ha logrado que le paguen por anunciar un sostén, pero haciéndolo dentro de un tráiler de una película que no existe, como musa de un fashion film, que es como se les llama ahora a algunos videos de lencería. De modo que es actriz aunque no haya proyecto propiamente dicho. No ha trabajado con Amenábar, o Almodóvar, o Medem, que son los punteros, pero tiene un surtido de portadas que le da para competir con Penélope Cruz, o casi.

De repente, se fue a hacer las Américas, pero en rigor está haciendo siempre vida de esposa de portada, sólo que lejos de Madrid. Un día nos anunció mellizos, con pose, en una revista, y de paso presentaba nuevo peinado despeinado. Se casó por lo secreto, con Chris Hemsworth, ese Conan de buenos modales, pero luego les hemos visto juntos en variados reportajes, donde Elsa se anuncia a ella misma. Las encuestas la sacan, a menudo, como la española más codiciada y cotizada, quizá porque su exotismo, o erotismo, es no parecer española.

Resulta, desde hace años, una novia imposible, y una bachiller falsa, no necesariamente por este orden. Hay quien ya se ha olvidado que fue novia de Fonsi Nieto, y luego de Adrien Brody, pero nadie duda que es una portada que nunca falla. En fin, que se lo ha montado. Como española que más bien parece vikinga, como una sueca con el deneí de Alcobendas.