Los dramas de Carmen Lomana: del autoatropello a la operación a vida o muerte o el accidente de su amor

Aquel extravagante accidente ocurría en el verano de 2012, cuando Carmen Lomana disfrutaba de su periodo de vacaciones y había dado días libres a su chófer habitual. Total, que ella misma decidió conducir el coche de alquiler y visitar a su madre. Cuando llegó a su casa, realizó todas la maniobras habituales para aparcar y se sintió triunfadora. Pero de pronto el vehículo pareció cobrar vida propia y se precipitó hacia el mar arrollando todo a su paso, incluida Carmen Lomana. El enfurecido vehículo llegó hasta la playa, ya lejos de la malherida conductora. «Gracias a Dios por estar viva«, decía entonces en su cuenta personal de Twitter.

Ahora ha querido detallar el suceso en una entrevista para «Vanitatis», en la que ha dicho: «Eso sí que fue muy trágico. No es que fuera muy buena conductora, pero tampoco mala. En serio, ese día creo que me salvó la vida un ángel o algo, que levantó el coche. Porque el coche me estampó contra la pared de la casa».

La 'socialité' no ha querido dejar pasar la oportunidad de desvelar todo el sufrimiento que atravesó y pasar factura de alguna manera a todas las burlas y chanzas que originó en parte del país por las circunstancias excepcionales del suceso y por sus polémicas opiniones. «La pierna me dijeron que igual me la tenían que cortar, fue horroroso. Me pasó por encima de la pierna izquierda. ¡Y era un 4x4!«, recordó.

La narración continúa así: «Me llevan a un hospital de Santander y estoy con mi hermana hablando, porque tampoco hice un drama, y viene una enfermera que me dice: 'Señora, está muy mal. Esa pierna, como no tenga circulación de retorno, mañana se la tenemos que amputar'. Se estaba gangrenando», ha añadido sobre aquel suceso. «Estuve fatal, tuve que ir a Cibeles en silla de ruedas», ha insistido. De paso, ha desvelado la razón de que el vehículo se desatara enfurecido: «No había funcionado el freno de mano».

En la misma entrevista, Lomana ha desvelado que durante su juventud también entró a quirófano sin saber si saldría de allí, según su testimonio. «Yo no he podido tener hijos por culpa de un médico que tuvo una mala praxis con un embarazo extrauterino. Yo quería tener cinco hijos, pero me quedé embarazada y me encontraba fatal. Lo achacaban a que estaba nerviosa. Entonces me llevaron al médico y tenía un embarazo extrauterino. ¿Qué es eso? Que el niño se forma en uno de los ovarios, fuera del útero. Me operaron a vida o muerte de las hemorragias que me estaba provocando», ha relatado.

Haciendo un repaso a las tragedias de su vida, Carmen Lomana tampoco pudo evitar referirse al accidente de tráfico de quien fue su marido, Guillermo Capdevilla, un ingeniero industrial chileno al que conoció cuando ella trabajaba en un banco. Fue el gran amor de su vida. «No hago más que entrar en casa y el teléfono no dejaba de sonar. Lo cojo y me dicen: 'Somos la policía foral de Navarra y llevamos toda la tarde intentando localizarla. Su marido ha tenido un accidente de tráfico, está fatal. Así que, por favor, vaya al hospital de Pamplona, porque está ingresado'. A mí me daba vueltas todo, fue algo espantoso. Pensaba: 'No, esto no puede ser'. Cuando íbamos, yo iba llorando, pero con la esperanza de que Guillermo estuviera con vida», ha desvelado con tristeza.