El desplante silencioso de Carolina de Mónaco durante la crisis de salud de Ernesto de Hannover
Mientras el aristócrata continúa ingresado por segunda vez en la Clínica Ruber, su exmujer y su hija Alexandra viajan Cuba en un acto oficial
La cara oculta de la vida de Ernesto de Hannover en Madrid: malas formas, agresiones y vetado como comensal
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Iniciar sesiónLa salud de Ernesto de Hannover vuelve a estar en el foco mediático tras una nuevo ingreso en la Clínica Ruber Internacional de Madrid. El jefe de la Casa de Hannover ha sido ingresado por segunda vez en lo que va del año, tras ... una primera estancia en la UCI el pasado mes de abril. Entonces, su pareja, Claudia Stilianopoulos, alertó sobre la gravedad de la situación al declarar que los médicos la consideraban «muy preocupante».
A pesar que su hijo, Christian de Hannover, intentó calmar la preocupación pública asegurando que «toda va bien» tras visitarle, la alarma volvió a dispararse hace unos días con su reingreso en el mismo centro hospitalario madrileño. Según una exclusiva publicada por 'Vanitatis', el aún marido de Carolina de Mónaco fue captado por las cámaras en silla de ruedas, visiblemente demacrado, acompañado de su novia, sus asistente y su chófer. En las imágenes también se podía ver un equipaje, lo que daba a entender que esta vez se trataba de un ingreso programado.
Según asegura el diario alemán 'Bunte', Ernesto padece de problemas cardíacos que habrían puesto en riesgo el funcionamiento de sus riñones. Además, señalan que los médicos habrían optado por implantarle un stent como medida para estabilizar su situación.
Mientras el aristócrata atraviesa este delicado momento, todas las miradas se han puesto sobre su exmujer, Carolina de Mónaco y su hija, Alexandra de Hannover, quienes viajaron a Cuba como parte de su agenda de compromisos oficiales. Durante el viaje, al que fueron acompañadas de Ben Sylvester Strautmann, novio de Alexandra, fueron recibidos por Miguel Díaz-Canel en el Palacio de las Convenciones de La Habana. «Es un honor para mí regresar a Cuba», expresó la princesa.
Este contraste entre la situación médica de Ernesto y el disfrute de su aún esposa e hija no ha pasado desapercibido. De hecho, ninguna de las dos ha realizado algún gesto público hacia el aristócrata en este nuevo bache de salud, lo que ha sido interpretado como un claro desplante hacia él, evidenciando una distancia no solo física, sino también emocional, a pesar del vínculo legal que aún los une.
La relación entre Carolina y Ernesto ha sido, desde su origen, objeto de controversia. Su romance comenzó en la clandestinidad tras la muerte del segundo marido de Carolina, Stefano Casiraghi. En ese tiempo, Carolina encontró consuelo en su amiga Chantal Hochuli, entonces esposa del duque de Brunswick y Luneburgo, Ernesto de Hannover. Con el tiempo, Carolina y Ernesto oficializaron su relación y en 1999 contrajeron matrimonio.
Sin embargo, lo que prometía ser un cuento de hadas pronto se tornó en una convivencia conflictiva. Las tensiones religiosas por la educación de Alexandra, las polémicas públicas protagonizadas por Ernesto, incluidas agresiones a paparazzis y problemas con el alcohol, y las continuas controversias mediáticas minaron la relación.
Pese a su separación, Carolina optó por no divorciarse. Una decisión que, según algunas voces, respondió a dos motivos: conservar el título de princesa de Hannover, que le otorga mayor estatus internacional, y proteger el lugar de Alexandra dentro del legado de los Hannover, que podría verse comprometido si sus padres oficializaban la ruptura.
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