El caso Daniel Sancho entra en su recta final: la justicia tailandesa resolverá su recurso tras el verano

El recurso, que según adelantó 'Vanitatis' fue preparado con una extensión cercana a las 400 páginas, sostiene que el crimen no fue premeditado, como concluyó el tribunal de primera instancia, sino que fue resultado de una pelea o incluso de un intento de defensa propia. La defensa también denuncia una serie de irregularidades durante el proceso judicial y la instrucción del caso. Entre las más graves, la acusación de que la policía tailandesa habría «ocultado deliberadamente partes del cadáver», concretamente el torso de la víctima, con el fin de ajustar la narrativa de los hechos a las pruebas disponibles.

«Van a empeorar la situación de Daniel con este recurso», han advertido algunos expertos en derecho penal internacional. Sin embargo, su abogado, Marcos García-Montes, se muestra confiado. En conversación con el citado medio, asegura que la situación procesal es «esperanzadora», y explica que el fiscal no ha impugnado el recurso, algo que interpreta como un indicio positivo.

Según ha podido confirmar 'Vanitatis', si el tribunal tailandés estima el recurso, se abrirían dos posibles vías: una sería la anulación de la sentencia por vulneración de derechos humanos y garantías procesales, lo que derivaría en un nuevo juicio, esta vez abierto a los medios, tal como solicita la defensa; la otra posibilidad es que se modifique el delito por el que fue condenado y se rebaje la calificación a homicidio imprudente. Esta última opción reduciría la condena a una pena de entre cuatro y ocho años, permitiendo incluso su pronta excarcelación o traslado a España para cumplir el resto de la pena, conforme a los tratados bilaterales vigentes.

El propio Marcos García-Montes ha explicado que el Tribunal de Apelaciones emitirá su fallo «después del verano», y ha estimado que la resolución definitiva no debería tardar más de tres meses. «Si todo va a favor de Daniel Sancho, podríamos estar hablando de que pasaría las navidades fuera de la cárcel», ha afirmado el letrado.

Mientras la maquinaria judicial sigue su curso, la vida diaria de Daniel Sancho en la prisión tailandesa de Surat Thani, una de las más masificadas y seguras del país, dista mucho de lo que suele asociarse con un centro penitenciario del sudeste asiático. García-Montes ha confirmado que su cliente ocupa una celda individual, alejado del hacinamiento habitual en este tipo de prisiones, que acogen a más de 5.000 internos.

«El centro es seguro, y Daniel está muy bien, tanto física como anímicamente», ha asegurado el abogado. El entorno del joven también lo describe como «animado» y «esperanzado». Habla con su círculo cercano con frecuencia y sin restricciones, lo que le permite mantenerse al tanto de la actualidad política española, escribir sus memorias y practicar deporte, especialmente Muay Thai, una disciplina que ya practicaba antes de su ingreso en prisión.

De lunes a jueves mantiene una agenda fija de videollamadas. «Los lunes y los jueves habla conmigo, los miércoles con su padre y los martes con un amigo psicólogo, aunque esos días pueden variar según sus agendas», ha detallado García-Montes. Cada conversación puede durar entre una hora y hora y media y se desarrolla en un entorno sin censura: «Le dejan decir lo que quiera, se ven a los funcionarios detrás, sin intervenir ni vigilar lo que hablamos».

El recurso, cuya presentación se retrasó en varias ocasiones por la complejidad del sistema judicial tailandés, es considerado por el equipo legal como «estratégico y contundente». El objetivo no solo es lograr una rebaja de la pena, sino también exigir un juicio con mayores garantías y transparencia.

En conversación con la agencia 'EFE' el pasado mes de febrero, el propio Daniel Sancho definió el penal de Surat Thani como «seguro», aunque también «opresivo», por el ruido y el ambiente carcelario. Entonces compartía celda con 16 personas y dormía sobre mantas en el suelo. Hoy su situación ha cambiado de forma sustancial, aunque sigue a la espera de un giro judicial que podría modificar por completo su destino.

De momento, él y su abogado insisten en su confianza plena en la justicia tailandesa. «Tanto Daniel como el equipo jurídico confiamos en la justicia tailandesa y en los tribunales, que son los que velan por que se respeten los derechos humanos y las libertades individuales», ha afirmado Marcos García-Montes, consciente de que en las próximas semanas se jugarán los últimos movimientos de un caso que ha captado la atención internacional desde el verano de 2023.