La crisis financiera del rey Carlos Gustavo de Suecia pone en peligro su magna celebración de aniversario

Hace tiempo que se habla de los tremendos problemas financieros de Carlos Gustavo, pero nunca ha quedado tan explícito como ahora, cuando la Casa Real ha presentado al Gobierno su presupuesto para los próximos tres años y ha advertido que las asignaciones adjudicadas a la Corona no han sido suficientes para que el soberano satisficiera las demandas y cometidos que le solicitaron.

Por lo pronto ya han avisado de que el mantenimiento de los parques reales resulta insostenible y que necesitarán más dinero si se quiere seguir adelante con los fastos de 2026: el redondo cumpleaños del rey y sus bodas de oro con la reina. Y otra cita señalada más en el horizonte: el 50 cumpleaños de la princesa heredera Victoria en 2027.

Pocas cosas le gustan más a ciertas monarquías que manifestar el poder de su Corona a través de grandes celebraciones, desfiles y festejos repletos de adornos y ruido popular. Y eso es lo que pretendía hacer Carlos Gustavo durante todo el próximo año. Sin embargo, la crisis financiera podría haber dinamitado sus sueños de manifestación grandeza.

«En 2024, Su Majestad el Rey ejerció las funciones que le incumbían, pero no se dieron las condiciones para satisfacer parte de las exigencias del Riksdag (el Parlamento sueco), el Gobierno, las autoridades, las organizaciones, las empresas y los particulares», advertía la Casa Real sueca.

Además, la Corona se apresuraba a defender que, según su versión, el presupuesto destinado (más de 16 millones de euros) no ha dado para cubrir la agenda oficial del soberano, de su familia y el sostenimiento de las residencias y parques reales. Y es que, como aseguran, llevan años aplicando austeridad a su labor institucional, manifestada en detalles como reducción de personal y ahorro en celebraciones.

Según ha trascendido, las deudas continuarían aumentando por el enredo en el que se han metido al solicitar préstamos al Gobierno del país (más de medio millón de euros el último) que luego les cuesta devolver en el siguiente presupuesto.

¿Y cómo ha podido suceder todo esto? Según explica la Corona sueca, todo comenzó con la pandemia y el obligado confinamiento. Con los palacios reales cerrados y los turistas en sus casas, la Casa Real del país nórdico se vio obligada a usar su presupuesto para cubrir los gastos de mantenimiento de los espacios públicos en residencias reales.

«Un Estocolmo en crecimiento significa que más gente se mueve en estos entornos de parques, lo que creemos que es algo bueno, pero también aumenta el desgaste y la generación de basura, por lo que, a largo plazo, se necesitan más recursos para la gestión del parque. Una financiación a largo plazo», reclama el funcionario real Staffan Larsson.

La cosa es tan grave que Carlos Gustavo se puede quedar sin una de esas celebraciones y exhibiciones de poder que tanta ilusión le hacen. Por lo pronto, la prensa sueca ya ha deslizado que pedirá una «financiación especial» para poder costear las festividades, lo que está generando no poca controversia entre sus súbditos.