Los consejos de Makoke a Marta López para ser la esposa perfecta de Kiko Matamoros

Este ha sido el tercer matrimonio para Kiko Matamoros, pero el primero en celebrarse de manera religiosa. Así lo decidía la pareja desde un principio: «Ya hemos comenzado los cursos prematrimoniales de preparación y estoy encantado porque hemos dado con un cura que tiene una preparación importante, ha sido médico y ha ejercido y tiene muchos conocimientos filosóficos», explicó entonces el novio.

Pero cuando todo parecía estar tranquilo y la pareja disfrutando de su luna de miel, Makoke ha reaparecido para mandarles varios mensajes cargados de dardos envenenados. «Estoy triste y compungida: Me he perdido la boda del año, para mi ha sido desolador», comenzó diciendo la colaboradora de televisión, en tono sarcástico, en el programa 'Fiesta' de Telecinco donde colabora.

«En estos momentos mi queridísimo ex marido está recién casado y yo me lo he perdido. Confío y espero que, ahora que habéis puesto a Dios y a la Iglesia como testigos, no haya sido mentira. Porque sino, Kiko, estarás en pecado mortal. Siento comunicaros que aunque estéis preparando una exclusiva maravillosa no voy a ver nada ni hoy, ni mañana, ni nunca», agregó Makoke.

Acto seguido la ex mujer de Kiko Matamoros le mandaba unos consejos a la nueva mujer: «Quería dirigirme en estos momentos a la flamante esposa. Espero que en su lista de bodas haya pedido tapones para los oídos, los ronquidos son muy fuertes y desagradables» y continuaba «espero que haya llenado ya su congelador de mucho pollo y mucha verdura para hacer las papillas que yo hace cinco años dejé de hacer con mucho gusto», apuntó.

«Espero que para su luna de miel haya empezado con buen pie y no como empezó la mía, discutiendo, espero que no os pase lo mismo. Tenéis la suerte que vais a tener una gran luna de miel porque parece ser que vais a tener mucho tiempo libre ahora para disfrutar», «No hagas pizzas en casa, el olor a queso le mata», puntualizaba Makoke. Pese a todas estas palabras, les ha deseado «felicidad absoluta» porque no tiene «por qué desearles mal».